𝒙𝒗𝒊. sleeping tea

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CAPÍTULO DIECISÉIS❛ té para dormir ❜

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CAPÍTULO DIECISÉIS
❛ té para dormir ❜














LA CASA DE BASILI SHINSKIN OLÍA A PUTREFACCIÓN, más que antes. Paulette tuvo que cubrir su nariz con su mano enguantada para evitar vomitar el desayuno, probablemente el último que iba a tener por un tiempo.

──Vayan a descansar. ──ordena Leewon cerrando la puerta para evitar que más nieve se colará a la casa──. Yo acomodaré todo.

Ambos Sergeyve lo observaron de arriba a abajo.

──Ve Caesar, yo me quedaré con el abogado. ──avisa Paulette dando unas palmadas en la espalda del más alto.

──¡Pero no tienes que hacer-

──Estar embarazada no me hace inútil, abogado Leewon. ──corta Paulette cruzándose de brazos. Suelta un suspiro al ver como el contrario se trataba sus palabras──. Agradezco que se haya preocupado por mi.

El nombrado asiente con una pequeña sonrisa. Se acerca a la pequeña cocina y bajo la mirada de Paulette comienza a revisar cada puerta y esquina, buscando quien sabe que.

──¿Qué estás buscando? ──pregunta la mujer al verlo entrar y salir de la habitación de la planta baja, con un saco en sus manos y unas tablas de madera.

──Herramientas. ──responde Leewon──. Si queremos evitar el frío tenemos que cubrir las ventanas.

Había múltiples hoyos por la pared. Algunas ventanas estaban rotas o a punto de romperse.

Le entrega el martillo y los clavos a Paulette, luego coloca una de las tablas de madera sobre una de las ventanas, esperando a la mujer.

──Por favor, no perfores mi mano.

Paulette bufa rodando los ojos.

Bueno, no era tan mala idea.

[ . . . ]

──¿Te encuentras bien? ──pregunta Paulette acercándose a Caesar, quien había estado sentado en el suelo durante todo ese rato.

Ambos escucharon un quejido por parte del pelinegro, quien apartó la mirada mientras seguía intentado cubrir con una ma tan el cuerpo sin vida de su antiguo testigo.

──¿Ya terminaron? ──pregunta Caesar volteando hacia ella. Paulette notó como sus ojos se veían cansados.

──Sí. ──afirma ella extendiendo su mano hacia él──. Ahora dame la mano y párate del suelo.

Caesar rueda los ojos tomando la mano de Paulette. Se levanta del suelo, colocando su abrigo sobre sus hombros para conservar cierto calor.

Su camisa seguía manchada de sangre seca. Era blanca, por lo que obviamente no se le iba a quitar.

Chess game            𝐟𝐭.           Caesar Alexandrovich Donde viven las historias. Descúbrelo ahora