capitulo 4

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La mañana siguiente a su apasionada noche, Claudia y Xóchitl se despiertan enredadas entre las sábanas. La luz del sol se filtra a través de las cortinas, bañando la habitación con una luz suave y cálida. Xóchitl, con los ojos aún cerrados, se acomoda más en el abrazo de Claudia, quien la envuelve con un brazo protector.

"Tenemos que levantarnos, Xóchitl", murmura Claudia, aunque su voz no tiene urgencia. Xóchitl solo se encoge de hombros, negándose a moverse. Claudia ríe suavemente, pero finalmente logra sacar a Xóchitl de la cama.

Se visten rápidamente, cada una consciente de la otra en la habitación. Cuando finalmente están listas para salir, Claudia toma la mano de Xóchitl y la guía hacia la puerta. Pero antes de que puedan salir, hay un golpe en la puerta.

Claudia se tensa, su mirada se endurece. Xóchitl puede sentir la preocupación irradiando de ella, pero Claudia se apresura a tranquilizarla con una sonrisa forzada. "Probablemente solo sea el servicio de habitaciones", dice, aunque su voz tiembla ligeramente.

Pero cuando Claudia abre la puerta, se encuentra cara a cara con una cara familiar. Es Marta, una amiga cercana de ambas. Marta mira a Claudia, luego a Xóchitl, y luego a la habitación detrás de ellas. Sus ojos se abren con sorpresa, pero antes de que pueda decir algo, Claudia interviene.

"Marta, qué sorpresa", dice Claudia, su voz controlada. "¿Qué te trae por aquí?"

Marta parpadea, claramente tomada por sorpresa. "Oh, solo estaba en el área y pensé en pasar a saludar", responde, aunque su mirada todavía va de Claudia a Xóchitl.

Claudia asiente, aunque puede sentir el pánico subiendo por su garganta. "Bueno, nos alegra verte, pero estamos a punto de salir", dice, su tono final.

Marta asiente, aunque todavía parece confundida. "Claro, lo siento por interrumpir", dice, antes de alejarse.

Cuando Marta se ha ido, Claudia cierra la puerta y se apoya contra ella, suspirando aliviada. Xóchitl la mira, su mirada llena de preocupación. "¿Crees que sospeche algo?" pregunta, su voz apenas un susurro.

Claudia se encoge de hombros, aunque puede sentir el miedo en su estómago. "No lo sé", admite. "Pero no importa. No dejaremos que nada nos separe".

Y con esas palabras, Claudia toma la mano de Xóchitl y la lleva fuera de la habitación...
Apenas habían dado unos pasos fuera de la habitación cuando el teléfono de Claudia comenzó a sonar. Miró la pantalla y frunció el ceño al ver el nombre de Marta. Con una mirada de disculpa a Xóchitl, Claudia contestó la llamada.

"Marta, ¿qué sucede?" preguntó Claudia, intentando mantener la calma. Hubo una pausa en la línea antes de que Marta respondiera.

"Claudia, necesito hablar contigo. ¿Podemos vernos?" La voz de Marta sonaba extrañamente seria, lo que hizo que Claudia se pusiera tensa.

"Por supuesto, Marta. ¿Dónde te veo?" Claudia respondió, mirando a Xóchitl con preocupación. Xóchitl le devolvió la mirada, su rostro pálido.

Después de acordar un lugar para encontrarse, Claudia colgó y miró a Xóchitl. "Marta quiere hablar conmigo. Creo que sospecha algo", dijo, su voz apenas un murmullo.

Xóchitl se mordió el labio, claramente preocupada. "¿Qué vamos a hacer, Claudia?" preguntó, su voz temblorosa.

Claudia tomó la mano de Xóchitl y la apretó con fuerza. "No te preocupes, Xóchitl. Resolveré esto", dijo, su tono decidido.

Cuando Claudia se encontró con Marta, su amiga no perdió tiempo en ir al grano. "Claudia, necesito hablar contigo seriamente. Hay algo que no me cuadra", dijo Marta, su mirada intensa.

Claudia se puso nerviosa, pero trató de mantener la calma. "¿De qué estás hablando, Marta?" preguntó Claudia, intentando sonar despreocupada.

Marta frunció el ceño y señaló con el dedo hacia la habitación en la que Claudia y Xóchitl habían estado juntas. "Claudia, ¿puedes explicarme por qué encontré esa habitación en tal desorden?" preguntó Marta, su voz llena de sospechas.

Claudia sintió cómo su corazón se aceleraba. Trató de mantener la compostura mientras buscaba una explicación. "Marta, lo siento, pero eso no es lo que parece. Solo fue un malentendido", respondió Claudia, su voz temblorosa.

Marta la miró fijamente, sin creer sus palabras. "Claudia, he sido tu amiga durante mucho tiempo. No puedo ignorar las evidencias. ¿Hay algo que me estás ocultando?" preguntó Marta, su tono lleno de determinación.

Claudia se mordió el labio, sintiéndose acorralada. Sabía que no podía revelar la verdadera naturaleza de su relación con Xóchitl. "Marta, te lo prometo, no hay nada que debas preocuparte", respondió Claudia, tratando de sonar convincente.

Marta suspiró y la miró con tristeza. "Claudia, solo quiero que seas honesta conmigo. No quiero perderte como amiga, pero necesito la verdad", dijo Marta, su voz llena de pesar.

Claudia se sintió atrapada entre la lealtad hacia su amiga y la protección de su relación con Xóchitl. Tomó una decisión difícil y decidió contarle a Marta una versión modificada de la verdad.

"Marta, hay algo que debo confesarte. Xóchitl y yo hemos estado teniendo una aventura. Pero te ruego que entiendas que es algo complicado y que necesitamos mantenerlo en secreto", admitió Claudia, su voz llena de sinceridad fingida.

Marta la miró con incredulidad, pero finalmente asintió. "Claudia, no puedo decir que esté de acuerdo con tu elección, pero valoro tu honestidad. Solo espero que sepas lo que estás haciendo", dijo Marta, su voz llena de tristeza.

Claudia sintió un nudo en su estómago, pero sabía que había tomado la decisión correcta para proteger su relación con Xóchitl. Ahora, tendrían que enfrentar las consecuencias de sus acciones y seguir adelante en medio de la incertidumbre.

Entre partidos y conflictos, un vínculo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora