Narra Harry:
Entonces, la profesora McGonagall dijo:
-¡Potter, Harry!-. En el corto trayecto hasta el taburete, escuché que todos los demás murmuraban. Agh, es un asco ser famoso por algo que ni siquiera recuerdas. Entonces, el Sombrero Seleccionador dijo:
-Vaya, qué difícil es el famoso Harry Potter. Podrías estar en Slytherin o en Gryffindor, la verdad es que eres un chico muy interesante... Ya sé dónde vas a estar. Estarás en... ¡SLYTHERIN!-. Me quité el sombrero, lo dejé encima del taburete y fui a la mesa de Slytherin mientras que sus otros ocupantes me aplaudían. Me senté al lado de Draco Malfoy (había aceptado ser su amigo) mientras la idea de estar en la casa que había dado más brujas y magos tenebrosos me sacudía violentamente. Pero ¿qué pintaba yo en Slytherin? Hubiera estado mejor en Gryffindor, me daba esa sensación. Yo soy demasiado bueno y amable para ser un mago tenebroso, aunque, pensándolo bien... No todos los magos y brujas que había tenido la casa de Slytherin eran malos, ¿verdad? Intentaba consolarme con ese pensamiento mientras intentaba disimular mi consternación por estar en Slytherin. Por lo visto, me fue como el culo, porque Draco me preguntó, sinceramente preocupado:
-Harry, ¿te pasa algo?-. Lo miré decidiendo si mentirle o no. Al fin y al cabo, quizá le sonaría ridículo lo que yo estaba pensando. Finalmente, decidí contárselo:
-Draco, estoy preocupado: Esta es la casa que ha generado más magos y brujas tenebrosos, ¿y si... y si por estar yo también en Slytherin acabo siendo un mago tenebroso?-. Empecé a hiperventilar y la mano empezó a temblarme. Draco me calmó diciendo:
-Pero ¿qué dices? Eres demasiado bueno y amable para ser un mago tenebroso. Yo sé que no vas a acabar siéndolo. Por favor, Harry, cálmate- me abrazó. Qué curioso, eso era justamente lo que yo estaba pensando, pero se ve que necesitaba oírlo de otra persona para créermelo del todo. Al ver que aún no me había calmado completamente, Draco me abrazó más fuerte para acabar de tranquilizarme. Le devolví el abrazo y, después de unos minutos, me calmé. Me separé de Draco justo cuando el profesor Dumbledore se levantó y anunció, con una bondadosa sonrisa:
-Buenas noches a todos y todas, y para los nuevos, bienvenidos. Para los que no lo sois, bienvenidos de nuevo. Bien, para los de primer año, deciros que no os está permitido tener escoba propia. Para todos los estudiantes, deciros que el bosque está prohibido para todos vosotros. En cuanto a las pruebas de quidditch, empezarán el jueves de la semana que viene. Y, por último, los de primer año debéis ir con vuestros respectivos prefectos después de cenar, ya que ellos saben la contraseña del retrato que oculta el agujero de cada una de vuestras casas. Sin más que añadir, ¡disfrutemos de la comida!-. Se sentó y, en el preciso momento en el que lo hizo, los platos y las copas de oro se llenaron de comida y bebida.
Narra Snape:
En cuanto Potter se puso el Sombrero Seleccionador, éste dudó un poco, pero finalmente, gritó: "¡SLYTHERIN!". Todos los de Slytherin aplaudieron, y Potter se sentó al lado de Draco, mi ahijado. No sabía por qué, pero sentía una pizca de felicidad, pero el 99% restante de lo que sentía era odio, porque ese maldito Harry Potter se parecía tanto a su padre... Ese James Potter me hizo la vida imposible durante nuestros 7 años de estudiantes de Hogwarts. Además, yo estuve enamorado de Lily Evans, pero fui muy cobarde y jamás le dije lo que sentía por ella, por lo que permití que James me la arrebatara. Cuando me enteré de la muerte de ambos, no pude evitar pensar: "Ese estúpido James se lo merecía", pero fui quien más lo sintió por la muerte de Lily, ya que tenía la sensación de que podría haber sido la mujer de mi vida. Pero no tiene sentido lamentarse por algo que ya no se puede remediar, aunque incluso ahora, 10 años después, me da la sensación de que sucedió ayer mismo. Aunque Potter se parecía tanto a su padre, tenía los ojos de su madre, y no me refiero sólo al color, sino que eran una réplica exacta de la bondad de Lily. Cuando cruzamos la mirada, recordé el día en el que ella me defendió de Potter, Lupin, Black y Pettigrew, y yo como recompensa la llamé sangre sucia. Creo que con 15 años haces cosas de las que luego te arrepientes. Al fin y al cabo, con 15 años no piensas lo que haces ni si le puede hacer daño a los demás. Pero luego, con 17 años, ya te has calmado bastante, las hormonas de ser adolescente ya no te la juegan tanto porque en el mundo mágico ya eres mayor de edad. Y, la verdad, yo me arrepentí por siempre de haber llamado a Lily Evans sangre sucia. Lo que yo sentía por ella no era el típico calentón adolescente, sino que sentía que era el amor de mi vida. Por eso, cuando ella se casó con James, deseé con todas mis fuerzas ser él. Después de que murieran, mi amor por Lily se fue transformando en cariño. La quería, sí, pero ya sólo de forma amistosa, por lo que ya no sentía ningún deseo de estar con ella. Aun así, el no haberme confesado seguirá en mi lista de arrepentimientos eternos. Desvié la mirada de la de Potter y la fijé en mi plato, pensando que, por alguna razón, aunque nunca había odiado a su madre, que tuviera sus ojos con ese mismo color y esa misma bondad me hacía odiarlo aún más. Y encima estaba en Slytherin, lo que significaba que sólo me libraría de él cuando tuviera alguna clase que no fuera Pociones, en los descansos y a la hora de dormir. Esa idea me irritaba, porque no podría soportar las clases de Pociones con Potter, estaba seguro de eso. O eso fue lo que yo pensé, porque al día siguiente...
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★彡『 "Nᴏ ᴛᴇ ᴏᴅɪᴏ, Hᴀʀʀʏ, ᴇɴ ʀᴇᴀʟɪᴅᴀᴅ... Tᴇ ᴀᴍᴏ" (Sɴᴀʀʀʏ) 』彡★
RomanceHarry y el profesor Severus Snape, quien da Pociones en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, se odian mutuamente, eso no hay quien lo discuta. Pero.... ¿Y si en realidad no fuera un odio verdadero? ¿Y si Snape odia a Harry porque en realidad...