Café regular

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—Abre un poco más las piernas. -susurró en el oído de su amante.
—Pero....
—Lo sé, cariño, solo un poco más, ya casi estás ahí.

El pequeño chico colocó las palmas de sus manos contra la puerta del baño y arqueó un poco más la espalda para luego abrir las piernas lo mejor que pudo ya que no dejaban de temblar. El mayor tomó sus caderas con fuerza y cambió un poco la dirección en la cual se empalaba dentro del chico sacándole un gemido estrangulado y más súplicas. Sun era una persona que disfrutaba del sexo duro, rápido y ruidoso al igual que su amante actual. Peinó su cabello hacia atrás para que el sudor no entrase en sus ojos y se concentró en hacer sentir bien al chico. Un poco más y el pequeño había dejado caer su semen sobre el suelo. Su respiración agitada, sus piernas a punto de ceder, la piel canela marcada por el agarre bruto del más alto.

—Un bonito desastre. — susurró en una risa—. Ve a limpiarte, voy a arreglar el desorden.
—Pero... —el hilo de voz apenas fue escuchado.
—No importa. -Pero...
—Ve, ¿Puedes hacer eso por mí?
El chico asintió apretando sus labios.

Sabía lo que el chico quería, pero no estaba de humor para discutir por ello, hizo un nudo en el condón y lo arrojó al bote de basura. Cuando el desconocido salió del cuarto de baño se giró para masturbarse y dejar caer todo en la taza del baño. Cada tanto se encontraba en la difícil posición de no poder llegar al orgasmo, cuando su pareja de noche se liberaba no había forma de que pudiesen ayudarlo ¿Cuánto había pasado desde la última vez en que pudo alcanzar el orgasmo con su amante? Sonrió al terminar de limpiar el para nada higiénico cubículo.

—Me arruinaste, pequeño ser deleznable. — refunfuñó al dejarse caer en su asiento.
—No sé de qué demonios hablas. - el atractivo jovencito mostró su brillante sonrisa recibiendo una margarita por parte del mesero.
—No he tenido un orgasmo desde que me acosté contigo.
El chico de cabello castaño rio fuerte tras casi dejar caer su copa. —Oh, tan triste. Nuestro sexo era patético y lo sabes, no hay punto de comparación entre mi hermoso y fantástico novio y tú.
Su boca se abrió con indignación. — No fue tan malo, afectas mi autoestima.
—Eso es porque estás sentado esparciendo tu autocompasión por todo el lugar.
—Pensé que hoy sería el día en que terminaría, el chico era totalmente mi tipo.
—No puedo creer que hayas tenido sexo en uno de esos asquerosos baños.
—Cómo si tú no hubieses estado en esa posición hace un año.
—Si mi novio escucha eso y me crea un problema acabaré con tus bolas. — señaló su entrepierna con el palillo que hace unos momentos apuñalaba una aceituna.

Se había dejado arrastrar por el pequeño a uno de los bares universitarios, ¿Cuánto tiempo había pasado desde que bebió en uno de esos bares? Últimamente sus lugares consistían en sitios realmente baratos y llenos de personas alocadas que no buscaban más que saciar sus instintos primitivos. Sun se estaba cansando del vacío en su pecho, del dolor asfixiante que parecía no dejarlo a menos que estuviese ebrio o durante la intimidad con algún extraño. Desde la partida de Mork simplemente parecía no poder funcionar correctamente. Su ánimo cayó al pensar en el nombre del único hombre al que había amado.

El joven de ojos intimidantes apareció y tomó la mano de su novio quien no pudo evitar sonreír y que sus ojos brillasen con ese amor deslumbrante. A veces odiaba tanto salir con la pareja ya que no podían dejar de esparcir su amor, fortuna y felicidad a donde sea que fuesen. Fluke le preguntó con la mirada si estaba bien dejarle y solo dio un asentimiento. La pareja salió a la pista de baile y él pidió una cerveza más.

Frustrado y saliendo con la dulce pareja, ¿Qué tan masoquista era? Decidió que lo único que salvaría aquella asquerosa noche sería beber, la botella no lo dejaba solo y tampoco le fallaba, agradecía ser dueño de su propio negocio y poder decidir cuándo se tomaría un día libre para pasar la resaca, aunque era de igual forma un recordatorio diario de lo que fue y de lo que perdió. Tantos sueños vertidos en su cafetería, promesas quebradas y un futuro tan imposible. Fluke tenía razón, se encontraba en una fiesta de lástima. Una linda chica le dio una bonita sonrisa, pero Sun no quería intentar nada con nadie más por esa noche.

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⏰ Última actualización: Apr 14 ⏰

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2.2 ToxicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora