Cap 1

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Miré el casco en mis manos notando la firma de Jules, papá siempre me contaba su historia, fue como un hermano para él hasta que sufrió un accidente en una de sus carreras.

Hoy era su décimo aniversario y nos encontrábamos en el pequeño altar que se realizaba cada año en su memoria, este era más grande que los otros.

Tendiéndole el casco a papá me quedé junto a Letty, mi mejor amiga. Los integrantes de las escuderías también estaban presentes en el paddock, que era donde todas las escuderías se encontraban, solo personas con acceso podían estar en esta zona. Muchos lo conocieron y lo querían de la misma manera.

—¿Dónde estabas? Mamá y papá te buscaron toda la mañana.

—Ya hablé con ellos.

—¿Dónde estabas?

—No te importa, Letty.

Alexander le dio la espalda a su hermana, siempre había sido un idiota en todos los sentidos posibles.

—Déjalo, Letty, de seguro estuvo con sus amigos imbéciles.

—¿Qué sabrás tú? No es como que tengas muchos amigos, Sienna.

—Pues mi pocos amigos se preocupan por mi como los tuyos nunca lo harán por ti.

—Lo que digas— sonrió con falsedad —Por lo menos a mi no me conocen por ser la princesita del paddock y me buscan por ello.

—Te conocen por ser el gilipollas del paddock— alcé la cabeza cuando se acercó pero llegaron a intervenir antes de que cualquier cosa pasara.

—Basta, no es momento para sus peleas. Este días es importante— la tía Rachel alejó a su hijo con discreción.

—Ni siquiera le hablé cuando llegué, fue ella quien comenzó a pelear.

—No buscamos culpables, sepárense si es necesario pero dejen de pelear— ordenó mamá.

Dándole una mala mirada al chico volví a prestar atención al frente donde nuestros padres trataban de descifrar que pasaba, mamá negó indicándoles que no era nada.

La ceremonia terminó dentro de algunos minutos permitiéndonos a todos separarnos, cada escudería fue a su sección dejándonos a nosotros en la nuestra. El escudo de Ferrari se iluminó cuando el sol por fin se ocultó, esta era la mejor parte del día.

—¿Esta todo bien?— papá tomó mis brazos jalándolos con suavidad para abrazarme, al hacerlo también con mamá besó la cabeza de las dos.

—Todo bien— respondió ella con una sonrisa —Tu discurso fue hermoso.

Papá le sonrió de vuelta en forma de agradecimiento y besó sus labios robándome una expresión de disgusto, solían ser muy públicos.

—Voy a ir con Letty.

—Vuelve en una hora, debemos ir a casa temprano.

—Está bien— los abracé una vez más dirigiéndome a la sala de a lado donde Letty y su familia charlaban con otras personas.

—Lottie, hola.

—Hola— saludé con un beso en su mejilla —¿Puedo robarme a Letty una hora?

—Por supuesto.

—Gracias— entrelacé nuestros brazos llevándomela antes de que nos dijeran algo más, al salir visualicé a Alec comiéndose a una chica en un beso.

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