En una tarde cualquiera en Hogwarts se encontraban 3 alumnos haciendo su tarea grupal de pociones. Eran Regulus, Barty y Severus. El primero y el último estaban concentrados en los ingredientes de la poción, mientras que Barty solo tenía una sola tarea, la cual era darle vuelta a la poción.
— Barty, ¿Cuántas vueltas le distes a la poción? — preguntó el de ojos ónix
— Si te soy sincero, no tengo la menor idea — Hablo sin preocupación alguna
— ¡Barty que tienes en la cabeza! — Grito Regulus
Tan concentrados estaban en regañar a Barty que no se dieron cuenta que esa poción iba a explotar.
— Por Merlín Barty como puedes ser tan — Fue interrumpido por la explosión
Esa poción fallida le cayó encima totalmente a Regulus. El salón estaba en total silencio junto a un pequeño bulto inmóvil.
— ¡Oh por Salazar! — Exclamó Severus
— Mate a Regulus — dijo en shock Barty
— Hay que llamar a alguien — Habló el de ojos ónix
Después de llamar a Lucius que tampoco sabia que demonios hacer, Hasta que se escuchó un llanto.
— ¿Quién fue el que le hizo eso a Regulus? — Pregunto viendo como el niño lloraba y pataleaba por su hermano
— Barty — Respondió Severus
— Llamemos a las chicas — dijo el peliplata
Bueno fue una grandiosa idea, debido a que ellas convivieron con Regulus la mayor parte de su vida, pero luego de ver como Regulus hizo volar a Bellatrix al otro lado del salón con su magia accidental, lo único que les quedó fue llamar a Sirius.
─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───
Los pasos apresurados del de ojos grises resonaban en el pasillo, mientras que atrás de él estaban James y Remus, Peter se quedó en la sala común de Gryffindor.
— Sirius detente — Exclamó el miope
— ¡Maldigo tus largas piernas! — Gritó el lupino