Bajo el insistente tamborileo de la lluvia, las calles permanecían sumergidas en la oscuridad, apenas iluminadas por parpadeantes farolas. No había alma alguna en los alrededores, solo el constante murmullo del aguacero. Repentinamente, el ulular de una sirena rompió el silencio. Era una ambulancia en ruta urgente. Desde su ventana en la oficina, Law observó cómo los paramédicos bajaban a una persona en camilla y la llevaban precipitadamente hacia el hospital.
—Doctor Trafalgar, se le necesita en el quirófano de inmediato.
Al escuchar su nombre por los altavoces, Law se levantó de su escritorio, listo para su turno. Sabía que sería una noche larga; lo intuía desde el principio. Cuando lo requerían enseguida, significaba que la situación era grave. Era considerado el mejor cirujano de la zona; si no podía salvar a alguien, entonces era una causa perdida. Sin demora, desplegó su habilidad Room para llegar más rápido al quirófano, dejando unas pinzas en el suelo de su despacho.
—Alguien recoja lo que cayó en mi oficina y comencemos; el tiempo apremia.
Un coro de asentimientos resonó entre los presentes, quienes se pusieron a trabajar de inmediato.
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Mientras tanto, un chico pelinegro pedalea a más no poder por las calles de la ciudad. No le importa que esté lloviendo, solo quiere llegar a su destino. Tiene verduras frescas que entregar y si las entrega antes de las seis de la mañana el chef le regala el desayuno. Se juega la vida en ello, por las mañanas de invierno a esa hora sigue estando oscuro y sin saberlo su vida puede estar peligrando. Aunque por suerte hoy si llega a salvo, golpea fuertemente la puerta trasera del restaurante Baratie y le abre un joven rubio con cejas arremolinadas.
—Oh, Luffy. ¡Creí que no te veía hoy por la lluvia! Estaba a punto de salir para comprar los ingredientes de hoy.
—No te preocupes, jamás le fallaría a uno de mis clientes frecuentes. Luffy delivery's nunca ha fallado una entrega. Ni hoy ni nunca.
—Pasa, no te sigas empapando. El viejo en un momento te tiene el desayuno.
Luffy entró al restaurante y se sentó en la única mesa que tenían habilitada a esa hora, se puso a mirar por la ventana mientras esperaba. Solo veía la lluvia caer, estaba tan oscuro y el vidrio tan empañado que costaba ver qué era lo que estaba pasando afuera.
—¿No saben de alguien más que quiera mis servicios? Últimamente, nadie necesita que le hagan recados.
Sanji bajaba las sillas de las mesas y comenzaba a limpiarlas con un trapo para poder quitarles el polvo. Hacía esto, una a una, le gustaba que el restaurante estuviera impecable, después de todo era el orgullo de él y su padre.
—No he escuchado de nadie. Pero no creo que tengas suerte, últimamente la gente no sale mucho. Incluso a nuestro negocio le está yendo mal. —respondió Sanji mientras limpiaba el respaldo de una silla.
—Todos los años llueve, pero este año ha sido realmente malo —dijo Luffy mientras dejaba caer su cara sobre la mesa desanimado.
De pronto el chef Zeff salió de la cocina y caminó hasta Luffy con un gran plato de carne, un pequeño plato con ensalada y un pan para acompañar.
—Nuestra especialidad es el pescado, pero siempre tengo un trozo de carne para ti —Zeff dejó con cuidado los platos frente a Luffy—. Y la falta de clientela no es la lluvia, ¿es que los jóvenes de ahora no ven noticias? La gente desaparece, todas las noches hay un ataque y la policía ya no sabe qué más hacer. Algo grave está pasando y el miedo les impide salir.
Después de escuchar las preocupantes palabras del chef Zeff, Luffy levantó la mirada con atención, sintiendo cómo la gravedad de la situación comenzaba a pesar sobre sus hombros.
—¿Ataques todas las noches? ¿Gente desapareciendo? No tenía idea de esto... —murmuró Luffy, visiblemente perturbado.
Sanji se acercó, dejando de lado su tarea de limpieza, y miró a Luffy con seriedad.
—Es cierto, Luffy. Han estado sucediendo cosas extrañas últimamente. La gente está asustada. Algunos dicen que hay criaturas o seres desconocidos merodeando por la ciudad.
Luffy se sintió intranquilo. Su mente comenzó a dar vueltas mientras pensaba en las historias que había escuchado sobre desapariciones y ataques inexplicables. A pesar de su naturaleza despreocupada, no podía ignorar la gravedad de la situación.
♪ ♪ ♪ ♪ ♪
Mientras tanto, en el hospital, el cirujano Trafalgar Law había completado la operación de emergencia y se dirigía hacia su oficina para descansar un momento. Las noticias sobre los incidentes en la ciudad habían llegado también a sus oídos a través de conversaciones entre el personal médico.
—¿Oíste sobre los ataques en la ciudad, Law? —preguntó Marco, uno de los doctores más experimentados del hospital.
—Sí, suena bastante serio. Parece que algo inusual está ocurriendo. —respondió Law, con su cara inexpresiva como siempre.
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De vuelta en el restaurante Baratie, Zeff observaba a Luffy con atención, como si estuviera evaluando algo en silencio.
—Luffy, te conozco desde que eras un mocoso. Eres más que un repartidor. Si algo te preocupa, no dudes en hablarme —dijo Zeff con voz seria pero reconfortante—. No quiero que hagas ninguna tontería, ¿entendido?
Luffy asintió, agradecido por la preocupación de Zeff.
—Gracias, jefe. Voy a investigar más sobre esto. Quizás pueda averiguar qué está pasando.
—A ese tipo de estupideces me refiero.
Zeff refunfuñó, pero sabía que nada podía hacer cambiar de idea a ese mocoso. Decidido, Luffy terminó su desayuno rápidamente y se despidió del chef y de Sanji.
—Volveré más tarde. Tengo que descubrir qué está pasando ahí fuera.
—Cuídate, y saluda a Garp de mi parte.
—Lo haré.
Con esas palabras, Luffy salió de Baratie y se adentró nuevamente en las oscuras y lluviosas calles de la ciudad. No sabía a dónde lo llevaría su búsqueda, pero una cosa era segura: estaba decidido a encontrar respuestas.
Mientras tanto, Law también sentía que algo no estaba bien. Las noticias sobre los ataques y desapariciones habían despertado su curiosidad y su sentido de responsabilidad como médico. Oh, tal vez solo quería dejar de tener que trabajar turnos extras. Fuera el motivo que fuere, decidió que investigaría más sobre estos incidentes después de su turno en el hospital.
La noche era larga y llena de incertidumbre para ambos: Law y Luffy, cada uno en su propio camino, persiguiendo la verdad detrás de los misterios que amenazaban su ciudad y sus vidas.
La noche estaba lejos de terminar, y tanto Law como Luffy estaban a punto de encontrarse en medio de un misterio que cambiaría sus vidas para siempre.
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Juntos Contra El Mundo
FanfictionTrafalgar Law, un cirujano de renombre con habilidades quirúrgicas excepcionales y una misteriosa fruta del diablo, se cruza en el camino de Monkey D. Luffy, un repartidor despreocupado con cuerpo de goma y un espíritu aventurero. Juntos, forman una...