Capítulo 3: Fragmentos de una Verdad Velada

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Mi mente es un laberinto de niebla, un enigma que se desvanece con cada paso que doy. No sé quién soy, ni cómo llegué aquí. Solo tengo fragmentos de recuerdos, como fotografías descoloridas.

La habitación es pequeña, con paredes de un blanco sucio. La cama está deshecha, y la ventana deja entrar una luz tenue. Me miro en el espejo, pero la mujer que me devuelve la mirada es una desconocida. ¿Quién soy? ¿Qué hice para merecer este olvido?

El reloj en la mesita de noche marca las 3 de la madrugada. Es entonces cuando todo cambia. Una oscuridad se apodera de mí, y mi cuerpo se mueve sin control. Soy un títere en manos de un titiritero invisible.

Salgo a la calle, y la brisa fría acaricia mi piel. No sé a dónde voy, pero mi instinto me guía. Las calles están desiertas, y solo se escucha el eco de mis pasos. ¿Qué estoy haciendo?

Llego a un callejón oscuro. El olor metálico del miedo flota en el aire. Mi mano sostiene un cuchillo ensangrentado. He matado a alguien, pero no recuerdo a quién. ¿Por qué?

Despierto, el corazón golpeando contra mi pecho, las imágenes de la pesadilla se desvanecen como humo. Mi departamento me observa con sus paredes llenas de ecos de memorias que no alcanzo a recordar. ¿Son solo sueños, o son recuerdos distorsionados que me consume?

Me siento en la cama, tratando de recuperar el aliento y calmarme. La sensación de terror que aún me envuelve me hace temblar, y cierro los ojos con fuerza, deseando que la pesadilla desaparezca.
Pero incluso cuando abro los ojos, la sensación de malestar persiste. La imagen de la pesadilla sigue atormentándome, como un eco distante de la verdad que se esconde en las sombras de mi mente.Decido levantarme y caminar un poco, necesitando alejarme de la sensación opresiva que me rodea.

Me dirijo a la cocina y me sirvo un vaso de agua fría, dejando que el líquido fresco y calmante recorra mi garganta.Mientras bebo, intento desesperadamente desentrañar el significado de la pesadilla. ¿Qué está tratando de decirme? ¿Es una advertencia?

Las preguntas siguen dando vueltas en mi cabeza mientras termino el agua y me apoyo en el fregadero, tratando de encontrar respuestas en las sombras de la noche. Pero por más que lo intento, la verdad sigue siendo esquiva, oculta detrás de un muro de oscuridad y confusión. Suspiro con frustración, sintiendo el peso de la incertidumbre aplastándome. Pero sé que no puedo rendirme. Debo seguir adelante, seguir buscando la verdad.

A la mañana siguiente, me despierto con una sensación de agotamiento que se aferra a mí como una manta pesada. La pesadilla de la noche anterior todavía está fresca en mi mente, como una sombra oscura que se niega a desaparecer.

Decido levantarme temprano y salir a dar un paseo por la playa, necesitando el aire fresco y el sonido calmante del mar para ayudar a despejar mi mente. Me envuelvo en una chaqueta y salgo de casa, dejando atrás el peso de la incertidumbre que me oprime.

A medida que camino por la arena suave, dejo que mis pensamientos vaguen, tratando de encontrar alguna pista o indicio sobre el significado de la pesadilla. Pero por más que lo intento, todo sigue siendo confuso y turbio, como si estuviera tratando de atrapar humo con las manos desnudas.

Me siento en la orilla y dejo que mis pies se sumerjan en el agua fría. Cierro los ojos y dejo que la brisa marina acaricie mi rostro, esperando encontrar algo de paz en medio de la tormenta que es mi mente.

Pero incluso aquí, en este lugar tranquilo y sereno, la sensación de malestar persiste. La verdad sigue siendo esquiva, escondida en las sombras de mi propia mente, y no sé si alguna vez podré encontrarla.

No he vuelto a a ver aquel hombre misterioso, tiene un aura muy pesada y escalofriante, ni siquiera se como se llama y ya yo estaba confiando en él, que estúpida. Como se me ocurre a mí eso, ¿qué tal que él sea el asesino? Y se acercó a mí solo para inculparme.

El Abismo De la Memoria: Secretos Perversos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora