Soft Hearted Captain | ZoLu (Zoro x Luffy)

1. Lágrimas

El aire frío de la madrugada golpeaba su rostro sereno, fresco a pesar de una noche cuidando el barco y no haber dormido nada. Zoro estaba acostumbrado a esta rutina, así que realmente no le resultaba pesado. Sus ojos aunque ardían levemente, no obstaculizaban su tarea de vigilancia.

Podía dormir mucho en el día antes de que cualquier imprevisto se presentara. Imprevistos típicos como piratas de altas recompensas buscando lo que no se les había perdido. Y si no, de todas formas podría dormir mucho.

El silencio le resulta reconfortante, después de todo no es algo usual para una tripulación como la suya. Aún no había señales de que el sol se asomara pronto, así que estiró sus piernas y miró hacia el cielo despejado. Notó las estrellas, pequeñas y brillantes esferas de luz que lo acompañaban en su guardia. Secretamente agradeció por eso, se sintió a gusto en ese escenario.

Cerró sus ojos, no para dormir, sino para prestar más atención con sus demás sentidos.
Son los frutos de su arduo entrenamiento. Cogerlo con la guardia baja, no es algo que suceda.

Alerta por si algo sale de la nada, se convence de que aún faltan dos horas aproximadamente para que amanezca y así cederles el trabajo a los otros. Soportar dos horas no es demasiado. Aún así, se estiró lánguidamente y bostezó. Sus oídos captaban hasta el mínimo ronquido que emitían sus nakamas junto a palabras sueltas de sueños perdidos que pudieran tener. Siempre estaba alerta, así que no se sorprendió cuando un sonido familiar, como pies rápidos y ágiles, se aproximaron a la cubierta del Sunny.

Sabe de quién se trata únicamente por su capacidad para recordar cosas que muchos pasan por alto, y poder recordar el sonido que hacen cada uno de sus compañeros al caminar puede que no sea un trabajo exclusivo de primer oficial, pero sí un trabajo que el primer oficial se adjudica por precaución.

Zoro estaba especialmente sorprendido por el sigilo aparente que empleaba su capitán. Luffy no entendía el significado de esa palabra cualquier otro día.
¿Luffy, despierto tan temprano?

Su capitán aunque despertaba cada mañana recargado completamente por el descanso y preparado para absorber energía del sol como una enorme planta de goma ruidosa, tenía el talento innato para dormir mejor que cualquier ser humano en el mundo. Eso significa que no sacrificaba su preciado sueño fácilmente.
Zoro comenzó a darle muchas vueltas a ese pensamiento, pero no consiguió hacerlo encajar.

Algo extraño estaba sucediendo.

Dejándose ganar por la curiosidad, Zoro se asomó un poco desde su alta posición dónde podía observar perfectamente todo el barco y advertir cualquier movimiento ajeno o inusual. Se aproximó hasta que finalmente notó un joven de cabellos negros como la noche, revueltos por el movimiento en su almohada aún caminando despacio hacia la orilla del barco; descalzo y ropa de dormir puestas, posiblemente con la idea de estar más cerca del mar. Zoro siempre pensó en lo irónico que era Luffy, un hombre de goma, siendo el mar su mayor debilidad —de manera literal— pero siempre atraído hacia el gran cuerpo de agua indomable.

Algo de similitud deben tener.

Zoro pensó que en otra circunstancia, Luffy iría directamente a su asiento autoproclamado en la cabeza del Sunny. Por el contrario, ahora mismo, el pelinegro simplemente se conformó con sujetarse al barandal que lo separaba del profundo y caótico océano.

El capitán se sujetó con fuerza a la madera, respirando con la boca de una manera inusual, casi de forma desesperada, como si estuviera rogando por oxígeno, aún estando rodeado del mismo. Unas alertas sonaron en la cabeza del mayor, preocupado de que algo grave le haya sucedido a su capitán.

Ya dispuesto a bajar y llamarlo por su nombre, Zoro no le quitó los ojos de encima. Bien, Zoro no puede mentir sobre esto, su corazón bombeaba errático. El hecho de desconocer completamente el estado actual de Luffy era peor que malo. Si no se trataba de algo físico, sino en su interior, ¿Qué tan terrible es?