El Kebab de Mohammed

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Un 33 de Mayo, Iker y Gonzalo decidieron quedar para comer kebab, y allí fueron al lugar.

Cuando llegaron, lo primero que encontraron fue al chef, que se hacía llamar Lucas, con apariencia infantil y pintas de poca experiencia culinaria. Ellos vieron a un par de chicos vomitando al lado del lugar pero decidieron probarlo igualmente.

-¡Hola, amigos del alma!, ¡"Besto Friendos"!, ¿Qué os apetece comer hoy? - A los chicos les pareció un rarito y les dio malas vibras, pero igualmente pidieron por estómago y no por intuición.

Iker había pedido una pedrata de ternera, pero en vez de pedrata, parecían estómagos de rata. Aún así lo probó, pero rápido se arrepintió y escupió todo en la cara del cocinero.

-¡¿Pero qué es esto?! - Exclamó Iker indignado.

Gonzalo probó la pedrata también, y le supo igual de mal, cosa que le hizo escupirlo todo y tirar la pedrata volando, dándole a la ventana de una casa cerca.

Los dos, enfadados, empezaron a gritar a Lucas por la pedrata tan mala que les había dado. Lucas se percató de que les había puesto la comida del bote equivocado, en el que llevaba excrementos e intestinos de animales. Él empezó a disculparse exageradamente, y al final les devolvió el dinero y les regaló un par de buenos bocadillos de tortilla.

No volvieron por allí nunca más.

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