Lizbeth despertó por el sonido de su madre golpeando la puerta para ir a la escuela. Le encantaba ir a dicha institución, estar con sus amigas, jugar y aprender cosas nuevas.
Con pereza se levantó frotándose los ojos, se fue directo al baño a asearse y prepararse para ir a la escuela.
Luego de unos minutos bajó las escaleras y fue al comedor donde sus padres ya estaban en la mesa desayunando.
-Buenos días - saludó con una sonrisa.
-Buen día, hija - le dijo su madre y se acercó a abrazarla y darle un beso en la mejilla.
-Buen día, princesa - dijo su padre haciéndole una seña para que se acercara y le dió un beso en la frente.
Luego empezaron a desayunar, el silencio siendo roto de vez en cuando por sus padres hablando sobre que harían en el día, al terminar fue a cepillarse y luego su madre la llevó a la escuela.
Al llegar se despidió de ella con un abrazo y entró. Unas horas después el timbre de la escuela anunciaba el término de clases así que se levantó dispuesta a ir a casa, por suerte su casa no quedaba lejos y sus amigas vivían en la misma dirección así que no tendría que ir sola.
Llegó a su casa y subió a la habitación a cambiarse el uniforme y realizar sus tareas esperando a que llegara su madre, cuando llegó bajó a ayudarla con la comida y a poner la mesa.
Cuando la comida estuvo lista esperaron a su padre que llegó minutos después y se pusieron a comer juntos.
Luego de terminar de comer fue a la sala a ver la televisión mientras su madre estaba en el sofá tejiendo, después de un rato su madre le dió una noticia que la puso muy feliz.
-Este fin de semana van a venir tus tíos y se van a quedar por unas dos semanas -le dijo con una sonrisa a sabiendas de que esa noticia le encantaría.
Ella sonrió muy feliz, sabía a quienes se refería, no tenía muchos parientes así que era obvio. Amaba mucho a sus tíos, la hermana de su madre y su esposo que no suelen venir de seguido ya que viven en otro país.
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Almas Rotas
Non-FictionElla no tenía idea toda la maldad que podía llegar a albergar en su interior el ser humano, era solo una niña que creía en los cuentos de hadas. Esta historia es completamente de mi autoria. Contenido sensible: abus0