° Capítulo 2 ° ¿Por qué?°

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- Thiago, perdón por gritarte, no sé porqué lo hice, pero te prometo que no va a pasar otra vez. - Mi hermano es la persona más importante en mi vida, me siento muy mal conmigo misma cuando se enoja por mi culpa -

- Tranquila, no tenés que pedir perdón, es más, yo tengo que agradecerte por defenderme otra vez de mamá y papá - mientras hablaba y hacía expresiones con las manos sus ojos eran pura luz, y cuando giró a verme su mirada era tan inocente, tan llena de luz.

Quería llorar, quería llorar a mares, abrazarlo, pedirle perdón. No fuí la hermana que tenía que ser cuando mis padres lo rechazaron, y tampoco fuí la hermana que quería ser; y eso te hace mierda.

El me vió cuando lo estaba observando hablar, mis ojos acuosos, llenos de lágrimas, pero una sonrisa de orgullo; agarró mi mano y me dijo algo que nunca voy a poder olvidar.

- Ti ricordi che la vita ti ha ferito e ti guardi, ma ora sei questo. Il mio esempio. - Hace más de cuatro años que no lo escuchaba hablar italiano, se me llenó el alma; me encantaba escuchar su voz con ese acento, mil recuerdos inundaron mi cabeza, comencé a ver borroso por las lágrimas que llenaban mis ojos

- ¿Desde cuándo hablas italiano?

Él solo abrió la puerta del auto y corrió con sus amigos. Damáris estaba esperándome en nuestros bancos de clase con facturas y un termo de mate cocido; rápido la saludé y me senté a desayunar con ella, estaba triste, y no quería hablar como suele hacerlo

- Terminé con Alan; ayer te llamé más de quince veces y no contestaste nunca ¿estabas bien? - tenía los ojos hinchados como dos pelotas de tenis y la cara muy roja

- Perdón, estuvo complicado con mis padres y olvidé cargar el celular, ¿me querés contar que pasó? - no sabía cómo ayudarla y eso me enojaba, pero hice lo que creí que ella necesitaba, esperando no cagarla en el medio - ¿Nos rateamos de la escuela? el portero llega en 10 minutos, es ahora o nunca - Supuse que los estudios, y sobre todo la hora de historia no ayudaría con su situación de desamor (?) ¿cómo le puedo llamar a algo que no sé qué es?

Ella me miró con una sonrisa leve, agarró las facturas y el termo con mate cocido, nos levantamos rápido, salimos de la escuela sin que nos vea nadie, no paramos de correr hasta llegar al río cerca del colegio.

- Gracias Emma, necesitaba esto, te quiero Emmi, gracias; de verdad - estaba tan tranquila y calmada que me generó mucha nostalgia y una emoción muy grande.

Estuvimos alrededor de unas dos horas y media en la orilla del río, acostadas en el suelo, yo escuchaba música mientras Dámaris relajaba la vista; mi tono de llamada interrumpió la canción de Taylor Swift que estaba escuchando, era Thiago, conteste de la manera más tranquila que podía en ese momento

- ¿Thiago? ¿Qué pasa? - Pregunté mientras Dami se sentaba al lado mío

- Emma, ¿dónde estás? Mamá y papá te están buscando con la policía, tenés que venir urgente, AHORA -

Su voz sonaba muy angustiada y desesperada, tenía miedo que mis padres le hagan algo a él. Me levanté de un salto agarré mi mochila y sin decir nada salí corriendo hacía el colegio, Dámaris corrió atrás mío hasta que llegamos al colegio.

Llegué y mi mamá estaba con un policía hablando, mi padre y Thiago no estaban;

- ¿Dónde está Thiago? - Le pregunté a mi mamá con voz firme, y directa, tardó unos diez segundos en reaccionar - La respuesta la quiero hoy, no pasado mañana María - agregué

- ¡Amor! ¡Acá está! ¡Volvió! - En ese momento me replanteé la misma pregunta que me hice todos los días de mi vida: ¿Está loca?

Mi papá salió de dentro del colegio para abrazarme, y luego me abrazó mi madre, detesto sus abrazos, son lo peor.

- ¿Estabas bien? - me preguntó con una cara como si no me hubiese visto en tres años

- Sí papá, ahora; ¿Dónde está Thiago? - pregunté, otra vez, la expresión de mi padre cambió de un momento a otro, cuando hace eso no es buena señal, y la verdad estoy harta de él

- THIAGO - escuché la voz de Damáris que fué interrumpido por sus pasos - POR DIOS, ¿QUÉ TE PASÓ? - agregó

Cuando escuché eso empujé lo más fuerte que pude a mis padres, corrí donde estaban Dami y mi hermano, llegué, Dámaris se corrió, lo ví, su ojo.

Estaba todo violeta y rojo, me quedé paralizada, ¿qué? mi padre era capaz de esto? ¿qué le había pasado?

- Emma, estoy bien, no pasó nada, ¡me alegra verte! - me dijo con tal sonrisa, esa sonrisa que nunca se borra de su rostro

- No. No quiero escucharte decir eso otra vez, sé que es mentira. Yo te crié Thiago, te conozco como a nadie - Me acerqué a él, le susurré al oído - ¿Fué papá?

Él no pudo responder, solo comenzó a llorar, y llorar; en ese mismo momento me dí cuenta que lo estaba aceptando, lo abracé como nunca, pero tenía una rabia dentro que tenía que sacar, sea de la forma adecuada o no, ya no me importaba.

Caminé lo más rápido que pude hacía la dirección en donde estaban mis padres; agarré del brazo a mi mamá y la empujé detrás de mí.

Odio sus rostros, odio su olor, los odio, la odio. Lo odio; como a ninguna persona en el mundo. Cuando me acerqué a él pegué mi vista en sus ojos, estaba nerviosa, solo pensaba que si lo que iba a hacer. Podía escuchar la voz de mi madre retando a Thiago por llorar. ¿Como se puede ser tan cruel? En ese pequeño momento de tensión pude percibir una presencia que antes no estaba; fué cuando escuché su voz...

- ¿Estás segura de eso? ¿Está bien lo qué querés hacer? Emma, podés ser mejor que él, podes ser lo que él no fué, no és, y nunca va a poder ser...

Era la voz de Leo, estaba atrás de mi padre, sabía que tenía razón, pero estaba tan frustrada, tan enojada, tan triste; lo empujé lo más fuerte que pude, para después escuchar su voz irritante

- Emma, hija, ¿Qué te pasa mi amor? Vos no sos así corazón, ¿Estás bien? - Cuando comenzó a hablar y soltar ese discursito de "buen padre" que nunca fué, se me hervía la sangre.

- No Héctor, no estoy bien, no estoy bien desde que tomé conciencia del tipo de familia que tengo, una madre que no le importa su hijo menor, que si está enfermo no le interesa, un padre que solo sabe dar castigos, que solo se preocupa por mí durante años solo para lavarme la cabeza, solo porque quiere que sea igual que él y mi mamá cuando herede todo. No fueron capaces de hacerse cargo de Thiago, y nunca lo hicieron - Me quedaba sin aire mientras hablaba, quería desaparecer, tenía vergüenza, y no sé de qué, pero mí odio hacía él era cada vez más grande - ¿Qué niña de diez años tiene que hacerse cargo de su hermano de cinco años? Ninguna, pero acá estoy yo. No te quiero volver a ver nunca más en mi vida Héctor, ni a vos ni a mamá; ni siquiera merecen ser llamados así...

Caminé hacía donde estaban Thiago y Dámaris; mi hermano estaba ahogado en lágrimas, mientras que Dami tenía cara de satisfacción al ver todo lo que le dije a mi padre, no tenía ganas de hablar con nadie; agarré a Thiago del brazo y me fuí caminando a casa. Alrededor de cuarenta minutos después llegaron mis padres, ya habíamos guardado toda nuestra ropa y pertenencias en valijas y bolsos, sabía que esa casa no era nuestro lugar. Ya no.  

Cada Cuatro AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora