29-Una relación muy dulce

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Pablo y Amelia salieron de un largo entrenamiento.

No podían descansar nada, pues tenían que bañarse, vestirse e irse para una fiesta que había organizado la familia de Pablo.

Cuando estaban a mitad de camino, Amelia agarró el bolso donde traía las cosas del entrenamiento y empezó a sacar un vestido, perfume, maquillaje, y unos tacones de aguja.

Pablo la miró con extrañeza, pero no le dió importancia.

Se sacó los botines y se puso los tacones.

Se quitó la remera y el pantalón de entrenamiento, quedando semi desnuda dentro del auto.

Pablo la miró, no quería que hiciera eso, ya que la gente de afuera la podría mirar.

Amelia no era tonta, los vidrios estaban polarizados, entonces hacía lo que quería.

Se puso el vestido negro apretado a la cintura y luego empezó a maquillarse.

----Para qué te arreglas tanto si todavía no llegamos a casa?

----Porque me tengo que ir con changuitos.

Pablo al escucharla, apretó el muslo izquierdo de la joven y empezó a acariciarlo.

Amelia le corrió la mano rápidamente, Pablo no se resistió, siguió haciéndolo.

Hasta que Amelia se lo quitó bruscamente.

Pablo, manejó enojado hasta la casa.

Una vez que llegaron, Amelia lo miró raro.

----Que hacemos acá? Te dije que me tengo que ir.

----Yo me tengo que arreglar.

Pablo le extendió la mano para que bajará del auto, pero ella se la negó.

Entraron a la casa y Pablo la acorraló contra la pared.

----Que mierda haces?

----Te pensas que sos viva Amelia? ---dijo apretando la cintura de la joven--

----Por? Por hacer lo que quiero?

----Vos no te vas a ningún otro lado que no sea conmigo. ---su voz demostró arrogancia--

----Ni en pedo, vos hace lo que quieras. Total va la puta que tenés de ex.

----Te molesta eso?

----Dejame irme.

Amelia trataba de empujarlo, pero este no se movía un mechón.

----No querés colaborar? Bueno...

Empezó a besarla sin parar.

Amelia le corrió el rostro, pero Pablo no pararía.

Empezó a besarle su cuello.

Hasta que bajó su mano.

----No te atreverías ---dijo Amelia en forma de súplica--

----Quedate tranquila que no muerdo.

Adentró su mano y empezó a hacerle leves masajes en su zona íntima.

Provocando leves quejidos.

----Vas a colaborar linda?

----Pablo, para porfavor te lo pido ---dijo con la voz entre cortada---

----Vas a irte con el otro ahora?

Amelia lo miró con una sonrisa.

Posó su mano en sus labios y lo miró con cierta picardía.

El chico de las poesiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora