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Minho siempre fue y aún era denigrado por sus padres y personas de su alrededor.

Él de pequeño era agredido por sus compañeros al ser algo rechoncho. Siempre era centro de burlas al no defenderse ante los ataques que recibía aunque fuera alfa.

Lo peor de todo es que sus padres nunca lo defendieron, en cambio era reprendido por ser "un marica" ya que nunca respondía a sus agresores como un digno alfa.

Minho todas las noches lloraba y se lamentaba haber nacido con ese género secundario. Él siempre tenía una pequeña esperanza de que volvería a aquel día donde sus padres lloraron de felicidad al saber que su hijo menor es el único alfa aparte de su padre y que lo que estaba pasando era una maldita pesadilla.

Pero aquella esperanza algún día tenía que desaparecer.

Y cuando se esfumó, él solo se limitaba a recibir todo sin quejarse con algún profesor o familiar, que más daba, por las puras lo hizo anteriores veces y no cambiaría nada si lo seguía intentando.

Ahora en el presente, sus padres estaban muy a la expectativa de que su hijo menor le trajera una o un hermoso Omega que le diera nietos.

A él le parecía algo innecesario aquel deseo de sus progenitores, no le interesaba para nada tener una pareja o simplemente era que no encontraba a alguien indicado para que tomara ese lugar.

Él apenas llevaba cuatro semestres de universidad y un trabajo semi estable, agradecía a sus padres que le dieran aún un techo y comida para vivir, pero, ¿a qué costo?

En sus veintidós años de edad, no le había parecido alguien atractivo o interesante para emparejarse. Tampoco había tenido un encuentro sexual con nadie. Él aún era virgen.

A veces se ponía a hablar con su hermana mayor, Momo, sobre aquellos temas. A través de lo que le decía, él hasta llegaba a pensar que era asexual.

Una vez, cuando aún estaba en aquella escuela de mierda y tenía quince años, gastó la mitad del dinero que sus padres le habían dado como en su cumpleaños.

Lo gastó para contratar a una omega que hacía "aquellos trabajos" ya que sus agresores lo obligaron a darle su dinero, "que más mejor que gastarlo para el alfa marica de la escuela con cara de virgen" pensaban ellos divertidos, como si fuera un tipo de experimento.

Le habían pagado una hora a la chica algo mayor, pero cuando el se sentó en la cama del cuarto de un motel donde se habían hospedado y luego que la chica se acercará a él, Minho se quedo en shock.

Ella había abierto el cierre que llevaba al medio de su pequeño top que a las justas cubría su pecho. Minho no sabía cómo reaccionar ante ello, era algo difícil de decir lo que sentía al ver tales características únicas de la omega.

Rápidamente luego de sacudir su cabeza y salir de ese trance, empujó con cuidado a la chica.

-No hagas eso, no es necesario, ya me voy así que quédate con la paga-

Minho sentía mucha pena, se sentía algo asqueado por solo querer parecer alguien con experiencia con sus amigos.

La chica subió su cierre y abrió una cajetilla de cigarros para sacar uno y prenderlo con su encendedor.

-Entiendo, eres virgen, no? -la chica suelta una pequeña risa, recordando que ya le había sucedido varias veces algo como esto.

Minho no dijo nada, solo asintió lentamente.

-No hagamos nada que no quieras hacer, ¿vale?, pero mi jefe tiene a sus hombres vigilando que cumpla con mi tiempo, así que podríamos conversar-

¿Conversar?, Minho tragó duro la saliva que tenía en su garganta.

𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀𝐒 - 𝐇𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora