Esmeralda.
Dejo las rosas blancas con delicadeza mientras trato de aguantar las lágrimas.
Sabía que no tenía mucho tiempo antes de volver a Turquía, pero estar aquí me hacía querer quedarme para siempre, incluso aunque sea de la misma manera que Massimo.
Pero mientras mis hijas aún no estén seguras, yo nunca me iría...
Mi mano acaricia el mármol negro donde está escrito el nombre de mi demonio y una de las mejores cosas que me pasaron en la vida.
-Te extraño... te extraño y odio que no puedas responderme -digo cerrando los ojos y dejando caer las lágrimas- Odio seguir teniendo pesadillas y que tú no estés allí para calmarme, Mass...
Un sollozo ahogado sale de mí mientras bajo la cabeza.
-Tuve que decirte todo cuando tuve la oportunidad -digo con la cabeza baja- Tendría que haber dejado que me salves una vez más.
Por mi culpa, por mis demonios todos salieron heridos. Massimo pagó mi silencio y mis hijas pagaron mis pecados.
Al igual que mis amigas pagaron una guerra que era mía.
Yo soy la que debería estar en una tumba.
Coloco mi frente contra la lápida, dejando que las lágrimas se derramen.
-Todo se me está saliendo de las manos -murmuro- Rubí es el blanco de millones de mafias junto a las hijas de tus amigos, Gemma es tan buena y dulce... tengo tanto miedo de que la rompan. Ya no quiero que sufran.
Saber lo rotas que están es mi peor castigo.
-Lucian me llamó, descubrió la verdad, él las está ayudando -juego con una de las rosas- Él ahora está en la Bratva. Todos sabíamos que en algún momento él volvería a sus raíces.
Lucian nunca fue de la mafia italiana, la única razón por la cual se quedaba era por Massimo. Cuando él murió Lucian no se quedó más de dos meses, solo era cuestión de un factor.
Coloco mi mano en la lápida y me despido en silencio de Massimo. Iba a pasar bastante tiempo hasta que vuelva nuevamente a Italia.
Me limpio las lágrimas y tapo mis ojos con los lentes negros mientras me alejo del cementerio.
Al subir al auto lo primero que hago es llamar a Lucian. Si él iba a ayudarlas, entonces más le valía que alejara a sus amigos rusos de mis hijas,
-Esmeralda, ¿Qué puedo hacer por ti?
Mi mirada se centra en la carretera mientras veo el sol salir.
-Es sobre Rubí y Gemma -digo con seriedad- Tus amigos rusos han estado rondando demasiado cerca de ellas, en especial de Rub, detalle que no me habías dicho.
Hay un breve silencio en la línea, puedo sentir la tensión incomoda en el aire mientras espero la respuesta de Lucian. Cuando él me llamó debido a que Rub se había metido en problemas con la Bratva pensé que iba a enloquecer.
Pero resultó peor cuando me enteré que cierta persona de la Bratva la estaba persiguiendo, fue peor, y más cuando Lucian omitió ese detalle.
-Esmeralda, ellos tienen sus propios asuntos, no creo que vayan...
-No me importan sus estúpidos asuntos, Lucian -lo interrumpo, volviendo mi voz más fría y decidida para dejarle claro el mensaje- Mis hijas no son parte de su mierda mental. No quiero que se acerquen a ellas. Si él es igual o peor que Faddei te juro que...
-No debes de alterarte, tengo un rango en la Bratva y voy a aprovecharlo con tal de que no se acerquen a ellas... Además, Rubí es capaz de salvarse de ellos.
ESTÁS LEYENDO
La Estrategia de la Reina. #1
ActionLibro +21 Saga Placeres de Reyes #1 El mundo es como un tablero de ajedrez, mientras que la vida es igual a una tortuosa pesadilla, más si te refieres a un mundo enfermo como la mafia. Rubí sabía bien eso, en su hogar no existían los colores llamati...