Capítulo 1 - Una noche oscura

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Hoy en la noche nos fuimos a dormir, como siempre me desperté por el miedo que se estremecía por todo mi cuerpo sin dejarme ver. Es una sensación que no se la recomendaría a nadie, ni siquiera a mis enemigos.

Mire hacia mi balcón y vi una silueta que podría reconocer en todos lado. ¡Era mi hermana!
Ella murió en un accidente de tráfico junto a su amiga Elisabet y los padres de ella. Cuando me enteré de su muerte me sentí fatal, sentía mucha angustia y muchísima culpa al saber que mi hermanita pequeña ya no estaba aquí, si ese día no la hubiera dejado sola no habría pasado eso, hubiera deseado que siguiera aquí y yo poder verla crecer, verla haciendo su primera comunión, su graduación de primaria, los bailes de fin de curso de su colegio... y más cosas que hubiese querido ver haciendo a Alicia pero por desgracia no sigue aquí.

Paso el tiempo y cerré mis ojos intentando despertarme para dejar de ver esa silueta. Desperté de un brinco de mi cama y al mirar al balcón la silueta se estremeció. Solté un suspiro pesado diciendo:

-Tranquila, ya pasó, todo fue un sueño

Intenté dormirme pero mi cabeza no dejaba de pensar en ella, en su accidente, al fin y al cabo fue mi culpa que falleciera ese día.

Mientras pensaba en lo que pasó ese día escuché un golpe en la ventana como si fuera una rama chocando contra ella o algo parecido, eran golpes muy suaves. No lo pude evitar y miré de nuevo hacia el balcón y nuevamente me encontré con una silueta pero esta era diferente, no era la silueta de mi hermana, de hecho era muy rara.

Yo solo quería dormirme y despertarme al día siguiente al escuchar la alarma de mi móvil, como de costumbre, pero hoy no podía.
Esa silueta estaba intentando entrar a mi habitación de forma muy brusca, tanto que parecía que iba a romper el cristal, hasta que consiguió entrar. Se adentró a mi habitación y se sentó en el borde de la cama mirandome.

Me quedé mirándolo fijamente y me di cuenta que tenía la figura de un chico, tenía músculos e iba vestido con pantalones grises y camiseta negra. Solté un pequeño suspiro dejando que todo el aire que llevaba dentro de mí saliera, rápidamente este chico se puso de una manera elevada para que pudiera verlo y apreciar todo de él. Sus ojos color miel me impactaron de primeras.

-¿Porque me resultaba familiar? -Me pregunté

Tenía pecas, un olor delicioso, un aroma que nunca había olido, no encontraba la palabra adecuada para poder describirlo. Era sensual.

Me embobé mirando sus labios, eran esponjosos y se apreciaban de una forma muy dulce. Sus labios se iban acercando a mi oído cada vez más dejando soltar un suspiro muy suave. Se me erizo la piel al momento cuando sus labios chocaron con mi oído. Noté como sus manos me recorrían mis piernas, eran suaves y calientes, sus uñas se clavaron con fuerza en mis muslos, dejándome desear que me besara lentamente.

A lo lejos vi que estaba empezando a amanecer, él también se dio cuenta porque cuando menos lo esperé vi que se erguía y desaparecía por el balcón sin dejarse ver pero antes de irse me advirtió que vendría a verme todas las noches.

6:00 a.m Mi alarma empezó a sonar, me levanté de la cama y me senté donde él estuvo sentado anoche pensando en quien podría ser.

Me eché las manos a la cabeza pensando a quien me recordaba esa mirada, fría que no me decía nada, solo pasión. Me tumbé en la cama nuevamente pero mi cabeza no me ayudaba, solo pensaba en lo que había sucedido y en la forma que él tenía de tocarme con la suavidad en la que lo hacía. Cuando volví a mirar el reloj eran las 7:30 a.m.

-¡Dios mío! ¿Cuánto tiempo ha pasado?

Iba con mucha prisa ya que llegaba tarde así que me puse lo primero que encontré, cogí mi mochila y fui corriendo a clases. Cuando iba de camino al instituto me encontré con Dunia, mi mejor amiga, ella me miró y me preguntó.

-¿Qué pasa? Te noto diferente, con un brillo en la cara muy raro. Después de la pérdida de tu hermana no te había visto así.

-Nada, es que esta noche me ha pasado algo muy raro .

-¿El que?

Decidí contárselo y cuando termine sus palabras fueron:

-¡TÍA ESTÁS LOCA! ¡¿Cómo te va a pasar eso?!

-¿Qué te parece si esta noche nos quedamos a dormir juntas y lo descubres tú con tus propios ojos? -Le dije.

-Vale, acepto. - Me contestó.

Llegamos al instituto y entramos a clase. No pude evitar fijarme en todos los chicos de clase para que me dieran una pista o algo de quien podría ser ese chico del que no dejaba de pensar.

Seguí mirándolos y de repente mis ojos se fijaron en Noah.

-¿Será él? -Pensé. Sus rasgos son muy parecidos a los de ese chico.

No pude concentrarme en clase, solo por el simple echo de pensar en ese chico misterioso.

The Mistery BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora