Moving on

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Entre susurros cargados de tensión, el aire se volvió denso, impregnado de la incertidumbre que pesaba sobre tus hombros. La noche parecía extenderse más allá de sus límites habituales, prolongando el suspense que rodeaba tu situación.

- ¿Qué pasa? - la voz de tu compañera rompió el silencio, ofreciendo un atisbo de compañía en medio del tumulto emocional que te envolvía.

- Mi mudanza se ha retrasado - exhalaste con frustración, compartiendo tu molestia por la falta de respuesta de la compañía de mudanza durante casi un mes. Cada día sin noticias parecía agregar una carga adicional a tus preocupaciones.

- Mudarse no siempre es fácil... ¿por qué no te quedas en Londres una semana más? Todos lo hemos estado planeando y Jenna te lo ha mencionado - alguien más se sumó a la conversación, ofreciendo una solución temporal que, aunque fugaz, prometía un alivio momentáneo.

Mientras tanto, el juego de UNO seguía su curso, brindando un breve descanso de la tensión.

- ¡Uno! - Emma soltó una de sus últimas cartas, desencadenando una nueva ola de emoción en el grupo.

- Se que estas escondiendo cartas - su compañero bromeó con una sonrisa.

- Nope... ¿quieres ver más de cerca? - Myers desafio, buscando un momento de diversión en medio de todo.

- Buen intento - él respondió con diversión antes de jugar una carta de ataque.

- Denle a la niña su premio - agregaste antes de retomar la conversación.

- ¿Te quedarás? - Jenna preguntó con interés.

- No, tengo demasiado que hacer. Mudarse de una ciudad a otra es un fastidio, ni siquiera tengo muebles en mi apartamento - explicaste tu situación, dejando ver tu molestia y estrés.

La pelinegra no podía entender completamente tu situación, habiendo vivido toda su vida en California. Pero la oferta de ayuda seguía en pie.

- Podría ayudarte. Piénsalo. Te quedas una semana más en Londres, y luego podrías venir a casa conmigo - la oferta se mantuvo, buscando aliviar tu carga.

- No creo que sea buena idea - rechazaste la ayuda, reflejando tu determinación de enfrentar tus problemas

En medio del juego y la conversación, las tensiones seguían presentes, pero también había momentos de distracción y camaradería que aliviaban el peso de las preocupaciones diarias.

Aunque el eco de la negativa resonaba como un lamento en la noche, recordándoles que, incluso en medio del juego, hay decisiones que no pueden eludirse por más tiempo.

- Oh bueno... yo solo... - dijo suavemente hacia ti -

- Se que me vas a odiar, Emma - Soltaron un +4.

- Que! -

El grito repentino de Emma interrumpió momentáneamente la atmósfera cargada, llevando a algunos de vuelta al juego, quizás en un intento por aliviar la tensión que se había acumulado entre ustedes. Mientras tanto, las miradas furtivas de Jenna no pasaban desapercibidas.

Tomaste un momento para reflexionar sobre la situación. Después de todo, Jenna simplemente estaba siendo amable, ¿verdad? Estaba tratando de encontrar una manera de que te quedaras con ellos, pero ¿por qué? Esa pregunta seguía resonando en tu mente, atravesando el laberinto de pensamientos mientras el juego llegaba a su final.

Emma, ahora con más de nueve cartas después de haber recibido dos cartas de +4, te desafió con una jugada. Finjiste no tener el color necesario para contrarrestarla, prolongando el juego a pesar de saber que tenías la oportunidad de ganar en ese momento.

Notebook. Jenna Ortega. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora