Capítulo 14.

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PRINCESA ANYA.

20 de abril de 1885.

El rey Zeyden me ha prohibido interrogar a los presos de Avanya y al resto que reside aquí en Westfell. Según él, lo cometido ya está más que claro, matarnos, pero sospecho que hay infiltrados en el castillo.

Antes de que mi madre muriera, mi castillo, o lo que era mi castillo, había sufrido de envenenamiento en el personal, luego guardias morían envenenados; una vez intentaron entrar a los aposentos de mi hermano, sin embargo, él no estaba ahí puesto que mis padres habían tenido una corazonada sobre lo que iba a suceder esa noche.

Al final uno de los marqueses de la corte estaba causando revuelo junto con los guardias del castillo. Todos ellos fueron llevados a la orca.

Reflexionándolo mejor, puedo buscar otra solución.

Mis tacones repiquetean en las baldosas. Muchos hacen reverencias al verme. percibo a un guardia caminando hacia mi, se detiene a una distancia prudente y se inclina en una reverencia.

—Buenos días, alteza.

—Buen día.

—El príncipe Zachary ha solicitado buscarla, dice que la necesita en su... habitación, alteza. —La vergüenza en el rostro del joven guardia no pasa desapercibida.

A mi alrededor el resto de las personas murmuran entre ellos, otros comparten sonrisas y miradas sugerentes ante el mensaje de Zachary.

—Está bien. Gracias. —Esquivo al guardia y camino hacia la habitación de mi prometido—. ¿Qué hace? —Pregunto al ver al guardia a mi lado.

—El príncipe ha dado la orden de escoltarla, alteza.

Asiento.

Detesto tener personas a mi alrededor, él lo sabe.

El guardia me anuncia y me deja pasar.

El cuerpo de Zachary está en el umbral de su balcón. Sonríe al verme.

—¿Enserio? Ya casi todo el castillo sabe que me «necesitas en tu habitación».

Sus labios se ensanchan más.

—Pero si te necesito. —Él se acerca y su mano se planta en mi espalda instándome a caminar hacia donde él estaba—. Hay algo de lo que no te hablé en estos días.

Y comienzo a preocuparme.

—¿Qué es?

—No te lo conté antes porque te encontrabas en una lucha con mi padre sobre los presos.

Suspiro y me detengo enfrentando la conversación.

—Suéltalo, Zachary.

—Fui a la sala del trono hace dos noches.

El recuerdo de nuestra conversación sobre la pista del bosque me golpea.

—Lo había olvidado.

—Lo sé, para hacer un resumen, encontré una hoja con instrucciones para matar a alguien. —De inmediato me tiende una hoja amarillenta con el sello real.

Al abrir la carta consigo una bonita caligrafía.

Ella siempre va al bosque a verse con alguien, realmente no sé con qué pueblerino se encuentra, pero es el perfecto momento para matarla. Haz lo que quieras con ella, ya sea cogerla o golpearla, pero tiene que morir.

Llévate el cuerpo lejos y quémalo.

No quiero errores, tampoco testigos.

17 de junio de 1808.


El bosque de Westfell.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora