Capítulo 16.

238 23 0
                                    

Príncipe Zachary.

21 de abril de 1885.

Están persiguiendo a alguien, lo sé porque a lo lejos escucho hojas crujiendo por los fuertes pasos, junto a respiraciones agitadas. Por alguna razón no puedo hacer nada, solo ver.

De repente hay gruñidos de un hombre, palabras sin sentido.

—Ni tu hermano te quiere, tanto que nos mandó a matarte.

Un cosquilleo recorre mi espalda. Entonces lo veo, un hombre alto y ancho en cuerpo camina lentamente hacia una de las estatuas del bosque. Un sonido de victoria es expresado por él al atrapar a la chica.

Veo el cabello rubio moverse hasta caer en el pasto, no logro ver su rostro. Mi cuerpo está inmóvil, no puedo hacer nada más que solo presenciar una catástrofe.

El hombre la golpea, la alza y la vuelve a empujar al pasto. Hay quejidos de parte de la joven. El hombre comienza a desabrocharse los pantalones y arremangar el vestido de la chica. Ella suplica, ruega para dejarla ir, dice incontables veces que no, y él, solo la golpea.

—¡Ayuda, por favor! —Los ojos ámbar de la chica se enlazan con los míos—. ¡Zachary, ayúdame!

Quiero moverme, necesito ayudar a Anya. La impotencia es mi único sentimiento.

Mi cuerpo no responde, sino hasta que abro mis ojos y recupero el control de mi cuerpo, también el conocimiento de que solo fue una pesadilla.

≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪

El estudio de mi padre está en silencio ante la noticia que me acaba de dar. Los presos están muertos, no hay nada que suene razonable para explicarle al rey de Avanya lo que sucedió. Ningún guardia sabe, nadie presenció la muerte. Pero yo si me hago una idea de lo que sucedió, y eso incluye al bosque, y a Anya.

—¿Qué quieres hacer?

—Esto es obra de la bruja —murmura mi padre.

—¿Qué tendría que ver la bruja en esto?

—Es lo que ellas hacen.

—No, padre. ¿Cómo podría hacerlo? Por lo que tengo entendido destrozaron la casa de la pobre chica, ella solo se encarga de las medicinas naturales, que es lo mismo que usan los médicos reales. Tampoco hubo indicios o pruebas de que ella y su madre trabajaran con los rebeldes.

—¿Y sugieres que hay alguien más detrás de esto?

—Si.

Tocan la puerta y anuncian que la corte quiere hablar con mi padre, me despido de él y camino en busca de la princesa de mis pesadillas.

No tardo en encontrarla en la biblioteca con su doncella a un lado, ambas caminan en el piso de arriba. Me dirijo a una de las doncellas que limpian el castillo.

—Por favor, desalojen la biblioteca. —Le doy una sonrisa amable y la señora no duda en salir junto a sus compañeras.

Subo las escaleras.

—Alteza —dice la joven apenas nota mi presencia.

Anya de gira con su gracia desbordando.

—¿Puede dejarnos a solas?

—Por supuesto. —Ella hace una reverencia a ambos y se retira.

Anya cruza sus brazos en su pecho. Esta vez tiene un vestido con mangas cortas, color azul rey. Totalmente diferente al de anoche.

El bosque de Westfell.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora