Los mejores amigos deben estar en las buenas y en las malas, eso pensó JungKook cuando TaeHyung se casó con el "hombre perfecto" para él.
¿Qué sucede cuando no lo es?
¿Qué pasa cuando HaJoon ya no es el hombre perfecto que conoció?
JungKook tendrá...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaban recargados en los casilleros, faltaba poco para que su clase iniciara.
—¿Podrías hacerlo por mí? —el chico abultó su labio inferior. —Solo es una clase Koo.
—No es solo una clase. —respondió su compañero. —Dijiste que iríamos a la salida. No rompas tu promesa.
TaeHyung asintió, rendido. Era con Jeon JungKook con el que estaba tratando después de todo. Su mejor amigo solía ser demasiado bueno como para saltarse una clase para ir a jugar a la plaza nueva de la ciudad.
El pelinegro no rompía las reglas, nunca, le gustaba ser la definición de educación. No solo por sus buenos modales y gran cantidad de rectitud, sino por ser el alumno prodigio del colegio en donde iban.
La promesa de su familia.
—Iremos a la salida, TaeHyungie. Tienes mi palabra. —acomodó sus gafas. —Además, mamá me dio mi mesada, podré llevarte a tu heladería favorita.
TaeHyung soltó una risita.
—¿Un doble de chocolate con extra chispas?
El pelinegro arrugó su gesto al escuchar la combinación perfecta de su mejor amigo, pero terminó asintiendo.
—Dos porciones si vamos a de una vez a clase.
TaeHyung asintió y tomó el brazo de su compañero para arrastrarlo por los pasillos para poder llegar a su tan esperada clase de química.
Al llegar, tomaron sus asientos, TaeHyung vio JungKook acomodar en perfecto orden sus útiles para cuando la clase iniciara, él solo sonrió y recargó su cabeza en su hombro, abrazando su brazo derecho.
—¿Algún día seré tan inteligente como tú Koo?
JungKook volteó y miró al rubio, tal vez debía recortar un poco su flequillo, aunque su mamá siempre dijera que se veía muy lindo con su corte de honguito.
—Eres inteligente, TaeHyung.
El doncel no respondió y se acurrucó sobre la calidez del cuerpo delgado de JungKook.
—Tal vez nací para algo más, JungKookie.
—¿Cómo para qué? —cuestionó.
—No lo sé, pero me gusta mucho lucir bonito. Tal vez mi talento sea ese. —sonrió. —Seré bonito hasta que encuentre lo que quiera.
JungKook soltó una pequeña risa.
—Siempre serás bonito para mí, TaeHyung. No tienes que poner demasiado esfuerzo en tu futuro, solo... espera por mí. Yo me encargaré.
—¿De verdad?
—Seré tu amigo por siempre, así que estaré ahí cuando decidas qué hacer.
