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Me había ofrecido en hacer el viaje a caballo con Lena para encontrar a la bruja ya que no me gustaba oír a mi hermana gritar de dolor; ambas nos adentramos en el bosque avanzando hasta un claro en el cual se levanta una pequeña casa de madera.
Sáltamos de los caballos mientras que Lena abre la puerta de una patada asustando a la mujer con el rostro de mi cuñada

—eso no era necesario, la puerta estaba abierta

Mordí mi labio reprimiendo las ganas de reírme, en cambio me aclare la garganta para romper el silencio

—lamentamos lo ocurrido madame pero nos urge una pasión para mi hermana que está en parto...

—muy bien les ayudaré, pero una vez que nazca debo bendecir al recién nacido

—si acepto ¿qué debo darte a cambio?

—quiero casarme con tu pequeña cuñada

—yo acepto encantada

—Linda aún no debutas en sociedad

—y no planeo hacerlo por eso esta unión es perfecta para mi

—bien es un trato

Mí ahora prometida se movió tomando un fresco color rojo, además de otros cuatro de color verde, ella afirmó que era un regalo par que pudieran concebir sin un tercero. De regreso a los caballos, mi prometida subió detrás mi

—¿puedo preguntar por el nombre de mi prometida?

—Morgana Pendragon... antes de que digas algo cuando volvamos te contaré todo lo que quieras

Más pronto que tarde llegamos a la casa de mi cuñada, entramos las tres directamente hacia el cuarto donde Kara aún estaba gritando, Morgana le dio instrucciones a Lena, cuando está acato los gritos de mi hermana fueron disminuidos, me resultaba encantador como ella trataba el parto, tras las horas la bebé nació, Lena la tomó mostrándose la a Morgana

—esta es Lori Luthor Danvers

—será una niña y mujer bendecida con gracia, amor y belleza del ADN combinado de sus dos madres

Lena entrega a la recién nacida a la doncella de mi hermana para limpiarla, Morgana me indica que es la hora de irnos mientras yo le recuerdo los regalos que tenía para mi hermana y cuñada dejando escapar un "cariño".
Tras entregarlo, entrelazó mis dedos con los de Morgana mientras salimos no sin antes ser ser detenidas por mi madre y primo

—¿a donde crees que vas Linda Danvers?

—a casa con mi prometida

—¿como que prometida? Tienes quince años y no has debutado en sociedad

—fue el trato que acepte para salvar a Kara... además yo odio los bailes de sociedad

Dicho aquello Morgana y yo salimos de la casa de Kara y Lena, ambas volvimos a pie ya que el caballo no era mío, aunque por supuesto era un camino muy largo en el cual los pies comenzaron a dolerme pero a lo visto mi amada ya estaba acostumbrada a ello

—¿no se supone que habías muerto?

—eso hicieron creer... después de dar a luz a Mordred me hechizaron quedando maldita sin poder morir... querían que yo viera a los que amaba morir sin poder hacer nada

—hechízame una vez que cumpla los veintiuno

—¿estás loca?

—tan loca para no abandonarte en la eternidad

Cuando llegamos a lo que a partir de ahora sería mi hogar mis labios fueron asaltados por los de mi prometida, el beso era entre anhelo y necesidad. Esta mujer a estado sola por muchos años y varios siglos que en este momento quería darle el mundo entero. De forma más inercia mis manos se movieron por encima del donde debería haber un corcert, cuando noto la ausencia de este Morgana suelta un gemido, repito un poco la acción antes de sacarle el vestido por la cabeza dejándola con él camisón

—deberíamos parar no tienes más que quince años...

—en dos meses cumplo los dieciséis y no voy a esperar tanto para hacerte mía

Comencé a devorar sus labios de forma hambrienta, me moví a su cuello donde su piel era cálida mientras comenzaba a sacarle el camisón. Me quedo maravillada con su perfección, no cabe duda que no me arrepiento de aceptar mi unión a ella; también me emociona no tener que debutar como mis hermanas. Marcó un poco la perfecta piel de su cuello inmaculado y sigo bajando al centro de su cuerpo donde su cuerpo se arquea, gime desde lo más profundo y su cuerpo tiembla un poco; mis manos acarician sus muslos mientras mi lengua explora su interior.
Solo bastó un poco más de tiempo para sentir como se deshacía en gemidos en mi boca y es entonces que me comodo a su lado, ella se abraza a mi cuerpo

—no pensé que así se sentiría entregarse a alguien

—¿no habías dicho que tuviste un hijo?

—por supuesto es solo que Arturo... el...

—te robo la pureza como se lo hicieron a Kara

—si... yo había visto lo iba a pasar con ella, tome prestado un caballo de un pueblo cercano... cuando llegue frente a tu casa la policía ya se llevaba a Lord Mattwes y a Lady Rea... llegue tarde para salvarla

—eso vale mucho, si cualquier otro hubiera dicho yo sabía que pasaría pero no hicieron nada eso me hubiera molestado, en cambio tú lo intentaste

—y a cambio recibí otra visión, donde ambas compartíamos la eternidad... por ello te pedí en matrimonio

—y yo encantada de ser tuya como tu mía

Uno mi frente a la suya dándole toda la seguridad posible de transmitir, nos quedamos  así hasta que me di cuenta de que Morgana se había quedado dormida. Aproveche para entrar a su baño y preparar la bañera con una loción de lirios y vainilla, revise su armario en el cual había un vestido morado, lo saqué para acomodarlo detrás del biombo junto a un par de botas, un corcet, su camisón y finalmente ropa interior.
Rodeó el lugar para volver con ella y dejó un delicado beso en su frente generando que se despierte

—e preparado el baño para ti

Se quita el sueño de los ojos, nota que está desnuda quedando algo confundida hasta que el recuerdo de hace poco le cae en cuenta; entró detrás de ella al baño, el lugar estaba absorto del olor a lirios y vainilla

—¿tu hiciste esto?

—quería hacerle algo especial a mi prometida

Su sonrisa ilumina y sacude mi mundo, la ayudo a entrar en la bañera, tomo una pequeña botella de miel y lavanda que uso para lavar su cabello, en cuanto comienzo a masajear noto lo enredado que está

—¿tienes pomelo?

—si, en alguno de mis estantes

Salgo del baño para revisar lo dicho, tenía un montón de plantas embotelladas organizadas de la A a la Z pasee por orégano donde encontré en primera fila el pomelo junto al romero, regrese al baño cuando ella ya terminó de la bar su cuerpo con esencia de jazmín; agregó unas cantidades de gotas mientras comienzo a desenmarañar su melena, enjuagó todo dando por terminado.
Tomó una de las toallas para ayudarla a secarse

—jamás alguien a sido atenta conmigo

—te lo mereces

Dejó un beso sobre su hombro desnudó antes de encaminarla detrás del biombo done tengo su ropa preparada; solo la ayudo con el corcet, todo lo demás lo hace ella misma. Se sienta delante de un espejo en el cual puedo desenredar su larga melena, se ve como una hermosa cascada con sus hondas.

El sol más joven Donde viven las historias. Descúbrelo ahora