06. ¿Seguro?

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El mundo estaba alterado y sólo eran los primeros resultados que los Pallasites buscaban.

El "tiempo" acababa para cada uno de los habitantes de la tierra, animales, personas e incluso insectos. Los Pallasites ya estaban jugando por todos los territorios. Eran tanto aldeas como grandes ciudades y castillos los que invadian. Diferentes países, diferentes familias. Incluyendo la vida de aquellos soldados retirados.

Fuera del nido de travesuras, estaba la comisaría, en Francia, varios agentes descifrando aquel raro fenómeno que ocurría. Extrañados y dudando si aquello era real.

—— ¡ja! Pero claro que es real.

Varios de los presentes voltearon a ver al dueño de aquellas palabras. Aquel sujeto estaba sentado en su mesa de trabajo, sin nada más que unas cuantas fotos de lo acontecido o varios artículos regados, con los pies cruzados despreocupadamente arriba del escritorio.

—— ¿Cómo estas tan seguro de tus palabras? —— se atrevió a hablar una de sus compañeras. —— ¿qué nos afirma de que todo esto no es por causa de una simple broma de parte de los jóvenes?

—— pues por eso te lo digo. Los jóvenes de ahora son tan estúpidos que sólo necesitan de la IA para evidenciar lo que quieren hacer creer. —— respondió de una forma arrogante. —— todo esto ha salido en los noticieros de cada país, los más afectados son las aldeas lejanas a las ciudades. Es claro de que alguien, algún terrorista talvez, lo este provocando, se mueve a varias secciones del mundo, estuve recapitulando y llegué a la conclusión de que París es su próxima parada.

Pero a cambio fueron varias las carcajadas que se escucharon a su alrededor, claro que no se molestó, en lo absoluto. Pero era obvio que no hizo falta revisión de noticieros o algún periódico con aquel raro fenómeno.

—— según tú, ¿hay un loco convirtiendo en piedra a varios que se le atraviesa y que esta apunto de arribar en París? Si que eres gracioso.

—— no sólo es uno, son varios los que se mueven, y su intención es parar el tiempo de cada habitante del planeta.

Las risas cesaron, en cambio hubieron varios nerviosos por su respuesta y falta de humor en ello; tenían miedo, cada cosa que su compañero decía resultaba, siempre, ser cierta, fuera mala o buena.

Pero uno de ellos observaba con atención al chico, con una mirada afilada por aquella conclusión tan interesante.

Ya fuera de su trabajo, aquel hombre caminaba tranquilo en la soledad que Francia le ofrecía, cualquiera que lo viera diría que era un hombre común, yendo rumbo a su hogar para descansar, pero lo cierto era que su casa no se encontraba en esa dirección. Desde aquel debate con sus compañeros había sentido una presencia sospechosa dentro de la comisaría, y sentía que alguien lo estaba siguiendo, mucho antes de salir.

Desviandose a un solitario callejón, paró abruptamente al no ver salida alguna, pero confirmó sus sospechas al sentir a cierto sospechoso detrás de él.

—— vaya, vaya. La inteligencia de los mortales no deja de sorprenderme... —— volteó incrédulo al ver a la persona frente a él. Como imaginaba, sus suposiciones fueron ciertas. Un hombre con rara armadura lo observaba con una tétrica sonrisa. —— Lastima que esa inteligencia tendrá que perderse. ¡Porque se acabó tu tiempo!

Gritó y corrió en contra del otro.

—— ¡ja! Así que mis sospechas fueron ciertas. —— el Pallasite paró en seco al escuchar la risa despreocupada de su víctima, observándolo desconcertado por su tranquilidad. —— tal parece que una nueva guerra se desata en contra de Athena, ¿cierto?

Problemas Familiares. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora