CAPÍTULO 52 Creciendo

604 50 51
                                    

—Sí, sí quiero ir— se relajó un poco más. —¿Quién podría cuidar a los niños?, eso es lo que más me preocupa— ella sabía que, aunque su familia amaba a sus hijos, ellos podrían ser un poco demandantes, con respecto a un bebé que necesita a sus papás todo el tiempo y otra, que era un imán de travesuras.

—Eso es lo de menos, puedo decirles a mis padres, o tal vez podemos decirle a mi hermano y Kylie, ellos son expertos en niños, tienen tres—

—¿Querrían? —

—Claro que sí— dijo seguro.

—Ok, está bien, creo que podemos hacer eso—

—¡Genial!, ansío ese día—



El fin de semana, pintaba para ser tranquilo, Travis esperaba ahora la visita de su padre, pero no vendría solo esta vez, traería a su novia, él y Maureen, la señora con la que sale, tienen algunos años de relación, ella nunca ha estado inmiscuida en los planes familiares por decisión propia, no vivían juntos tampoco, su padre era más bien de los hombres que disfrutaba estar solo en su propia casa y al parecer, a Maureen igual, eso los llevó a que se completaran muy bien, teniendo gustos bastantes parecidos, ella conocía bien a Donna, por lo que todos tenían una relación amistosa, sin embargo, esta vez, Ed tenía muchas ganas de incluirla un poco en su familia, respetaba mucho a su exesposa, Donna, pero ya quería ser más normal.

La semana pasada estuvo en la casa de su primer hijo Jason, para que conociera a sus nietas y Kylie, ahora, iría a la casa de su segundo hijo, Travis, para que hiciera lo mismo con los mellizos y Taylor, a decir verdad, Maureen estaba emocionada por conocer a Swift, ella no era indiferente a la cantante como Ed en un principio, él no sabía quién era la famosa cantante, a pesar de ser lo suficiente reconocida desde hace mucho, él hombre en cuestión siempre ha sido un sujeto que solo le interesa el mundo deportivo y nada más, no miraba televisión a menos que fuese para ver partidos o noticias sobre lo mismo, crío a dos hijos amantes del deporte igual, estaba orgulloso de su familia, por esa razón, ahora quería presentarles mejor a su novia.


Las cosas en la casa de la familia Kelce Swift estaban un poco más relajadas, ese fin de semana, la pareja decidió comenzar a darle su propio cuarto a los mellizos, estaba siendo hora de que los dos tuvieran su espacio, sobre todo porque seguían pensando firmemente que pronto podría haber un bebé que completara sus planes familiares, el remodelar el primer cuarto de sus hijos les generaba una sensación de melancolía, deshacerse de los objetos para bebés y cambiarlos para pequeños más grandes les daba un enorme sentimiento, ¿En qué momento habían dejado de ser unos recién nacidos?, Travis recordaba lo bien que la pasó decorando ese lugar, además de que el embarazo de Taylor fue de lo más traumático, podía recordar también los buenos momentos que tuvo al enterarse que iba a ser padre por vez primera, él mismo se encargó de armar las cunas, acomodar las cosas, casi todo lo hizo él.

Se sentó un momento en la silla mecedora, los mellizos tomaban la siesta en la recamara principal mientras acomodaban las camas nuevas, del tamaño perfecto para que los niños subieran y bajaran de manera autónoma, pensaba mucho acerca de lo que ha sido criar a dos bebés, un caos, pero también una maravilla, le emocionaba mucho que es lo que les preparaba el futuro.

—Está todo listo— Taylor entró para decirle a su esposo que los cuartos de los niños ya se encontraban completos. —¿Trav? — lo miró, que estaba sentado pensando.

—Sí, está bien— contestó.

—¿Y lo estás tú? — se acercó a él, sentándose en su regazo, podía notar que estaba melancólico.

Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora