Historia... Es como un libro gigante lleno de fechas y nombres que parecen salidos de otro planeta. Eso era lo que ella pensaba. Cada vez que entraba a clase, sentía como si el tiempo se ralentizara y las paredes empezaran a cerrarse a su alrededor. ¿Cómo puede alguien disfrutar memorizando batallas y tratados antiguos? Se preguntaba si alguna vez podría usar todo ese conocimiento en la vida real.
Observó a sus compañeros de clase, todos absortos en sus cuadernos, escribiendo cuidadosamente como si estuvieran descifrando algún código secreto. Algunos fruncen el ceño con intensidad, como si cada palabra que escriben fuera un enigma por resolver. Otros asienten con la cabeza de vez en cuando, como si estuvieran totalmente inmersos en el pasado. De solo observarlos le dolía la cabeza...
Luego volteó a ver a cierto rubio a quien, desde aquella noche en su casa, no lo había visto. Volvía a tener su distintivo peinado que a su parecer era algo ridículo pero creía que a Chifuyu no se le veía tan mal. También fruncia el ceño y parecía estar tan concentrado como los demás pero tan inquieto que llegaba a ser algo molesto, aunque no estuviera prestando atención a lo mas mínimo de la clase del señor Akira. Sus ojos fijos en un punto fijo de la espalda del chico sentado frente a él. <<¿Qué es en lo que tanto piensa?>> Pensó Miname.
De pronto, Chifuyu golpeó fuertemente su escritorio, parándose frente a este. —¡Cierto! Tenía algo que hacer.— Y sin más, salió del salón sin importarle nada.
—¡O-oye! ¡¿A donde vas, Matsuno?!— Exclamó el señor Akira casi siendo ignorado por su alumno.
—Me largo.— Dijo y volteó a ver al profesor, como si a este fuera importante contarle lo que estaba apunto de hacer. —Hoy tengo que hacer algo que marcará un punto clave en mi vida.— Antes de salir por completo, le dirigió una mirada a ella, sonriendo levemente para despedirse.
Había algo que le inquietaba, y eran los escalofríos que sentía siempre al ver su sonrisa dirigida hacia ella...
Chifuyu, a pesar que nunca había tenido suerte con las chicas y Baji Miname era la primera en no abofetearle la cara, pensaba igual. Se sentía tan nervioso que comenzaba a sudar, lo que terminaba en una sensación incomoda que jamás había sentido antes. Sin embargo, sabia una cosa. Quería gradarle y mostrarle lo fuerte y valiente que era. No era mucho, pero también la veía como su boleto de fácil acceso hacia su hermano, Baji Keisuke.
...
El rubio, sorprendido, se adentró al hospital abandonado. Veía a tipos de la pandilla Yagyo Doji inconscientes en el suelo, llenos de heridas y moretones.
¿Qué hacía allí? Pues, en un intento de poder demostrar que él podría acabar y liberar a Baji-san del problema que había estado amenazando a los chicos de la primera división de la ToMan, se ideó un plan para acabar con la pandilla enemiga él solo. Por eso, había ido antes de la hora acordada al enfrentamiento entre ambos grupos.
—Ya decía que algo raro estaba pasando aquí...— Murmuró caminando por los pasillos con sigilo. —Estos sujetos... ¿Cómo acabaron así?—
De repente, unos ruidos salieron de una sala cerca. "Quirófano" podía leerse en el letrero desde afuera. Con algo de miedo, se adentró a este para encontrarse con un chico peli rosado, usando un abrigo de piel y de apariencia adormilada, dormido en la camilla del lugar. Lo que mas destacaba de él era su tatuaje de serpiente en su cuello.
—Hola... Buenos días.— Bostezó. Se levantó de la camilla y miro al rubio extrañado por su presencia. —¿Por qué lo primero que veo al despertar es aun chico guapo...?—
—¿¡Quién eres tu!?— Exclamó Chifuyu, pero el peli rosado no contesto mas que una simple trivia relacionada a los jugadores del conjunto nacional de futbol. Parecía ser que era muy fanático de aquello. Chifuyu, molesto, lo ignoró pero no dejo de preguntarle sobre los hombres noqueados fuera de la sala. —¿Tú los derrotaste...?—
ESTÁS LEYENDO
Yūgen - Matsuno Chifuyu/Ryusei Sato X OC
FanfictionYūgen "Literalmente quiere decir profundo o misterioso, y se refiere a un conocimiento del universo que evoca sentimientos emocionales que son inexplicablemente profundos, y que es demasiado misterioso para las palabras, como por ejemplo la triste...