En los años 50s se encontraba una hermosa mujer de pelo castaño y ojos grandes color marrón, su nombre era Ochako Uraraka, era tan única y de hermoso carácter, una mujer que todos deseaban tener pero solo alguien tenía ese honor.
Y ese honor lo tenía nada más ni nada menos que aquel hombre de buen porte.
Vivían felizmente casados desde hace ya varios años, pero aunque por fuera todo pareciera de color rosa las cosas eran todo lo opuesto.
Ante la sociedad eran unos esposos que se amaban a más no poder, pero la cruda realidad era otra.
Una que día a día ella tenía que vivir, sin poder reprochar aquel mal trato que le daba ese terrible hombre.
Ahora ella vivía como toda una princesa, pero aunque tuviera todos los lujos posibles, se sentía sola, el era tan frío como el mismo hielo, al principio el fue un completo caballero, después de eso se volvió un hombre mediocre.
El seguía teniendo ese buen porte, no quería que su imágen quedará arruinada.
— Podrías mirarme aunque sea unos minutos mientras comemos —
Aquella mujer dijo indignada mientras comían la cena, el hombre cubría su rostro con un periódico el cual parecía estar leyendo.
El hombre no respondió ante la petición de Ochako, dejándola sin ninguna respuesta, como si estuviera hablándole a la pared.
— ¿Ni siquiera me contestarás? —
Otra vez sin respuesta alguna, lágrimas empezaron a caer de sus grandes ojos cafés.
Se levantó precipitadamente de la mesa golpeándola con sus manos, provocando un fuerte ruido al cuál el se sorprendió y bajo rápidamente el periódico.
- ¿¡Que te pasa mujer!? -
Dijo con una voz bastante grave y en un tono algo fuerte, estaba completamente molesto.
Aplasto el periódico con sus manos dejándolo todo arrugado sobre la mesa, levantándose también de la mesa para retarla con la mirada.
— Nunca me prestas atención, este fue el único modo para hacer que tan siquiera me prestes un poco de tu atención —
Entre lagrimeos habló la mujer, su corazón se rompía con cada pelea que ellos dos tenían, estaba arta de ese sentimiento y de la monotonía.
- Nunca le prestaría atención a una mujer tan fea y estúpida como tú -
Esas palabras hicieron sentir tan mal a Ochako, su autoestima era bajo gracias a las palabras que el le decía.
No dijo ni una palabra, dejando caer sus lágrimas sobre aquel lindo vestido, tapando su rostro para ocultar lo triste y mal que se sentía.
- haces que no pueda comer tranquilo, mi comida ahora se enfrió, ¡eres una maldita estúpida! -
El siguió atacando más y más con esas feas palabras, Ochako solo tapo su rostro mientras se ahogaba en llanto.
El se levantó de la mesa tirando el plato al suelo, dejando caer toda la comida ensuciando todo el suelo.
- Levanta este desastre antes de que yo vuelva, si veo esto cuando regrese, estás acabada -
El hombre salió de la casa, no sin antes amenazarla.
Ochako empezó a limpiar el lugar, lágrimas salían de sus ojos y caían en el suelo, pero aunque estuviera tan herida y lastimada, siguió limpiando.
El hombre regresó ya bastante tarde, olía demasiado a alcohol, Ochako se percató de ésto.
— ¿Por qué hueles tanto a alcohol? —

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ˇ Pretty Woman ˇ Togachako
RomantikEn los años 50s se encontraba una mujer hermosa, era como una princesita que siempre había soñado con el amor verdadero... Pero el amor verdadero solo son fantasías, la realidad siempre es otra. Todo pasa en un mundo alternativo al que ya se conoce...