16| Los Anderson

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Maratón 3/3

Allie

No había pasado nada más anoche. La verdad es que estaba muy cansada y Liam respetó eso. En lugar de hacer cosas indecentes lo mejor que pudimos hacer fue dormir.

Pero mi padre se preocuparía si no me veía en mi habitación. No le dije a nadie de mi escapada y muy seguramente mi mamá todavía estaba furiosa conmigo.

—¿Te vas sin avisar? —preguntó Liam con voz ronca dándose la vuelta de la cama.

Me siento mal por dejarlo con las ganas pero es que la verdad es que tenía miedo, miedo de que después de lo que pasara no me buscara más.

Salir perdiendo porque él me gustaba mucho, bastaba con que me lanzara una mirada para hacerme suspirar. Pero no quería creer lo que decían de él. No quería. Pero a veces era imposible escapara de esos rumores.

—Si mis padres no me ven en casa estoy segura que me matarán.

—Tal vez tengas razón, pero no creí que te fueras sin decirme nada.

—Lo siento, ¿te veo más tarde? —pregunté indecisa, como si lo que acabara de decir no fuera en serio.

—No sé... —respondió pensativo —¿Quieres verme más tarde? Porque siento que no es así.

—Uhm... yo... si, claro que quiero verte más tarde —murmuré con voz más firme.

—De acuerdo —dijo levantándose de la cama —Mi familia le está organizando a mi abuelo una pequeña fiesta... reunión no sé con certeza que sea. Es porque está progresando muy bien lo de su caída. Puedes venir conmigo si quieres.

—¿Conocer a tu familia?

Liam se hizo para atrás con una mueca de confusión.

—Si, bueno. Mis padres no estarán ahí pero todos los demás sí. Y algunos amigos.

Estaba segura de que mi madre no me dejaría ir a ningún lado. Todavía me parecía extraño que no pusiera abarrotes en mi ventana. Por como lo dijo está más que claro que seré libre hasta la navidad de los próximos dos años

—Me encantaría. Es una buena idea

—Genial, paso por ti a las dos.

—Vale, me parece bien.

****

Papá se encontraba en su despacho atendiendo a un viejo conocido que siempre iba cuando yo era una niña. Siempre hablaban de negocios, eso era seguro.

—Dame un minuto, Stef. Necesito hablar con mi hija —le comentó a aquel tipo que parecía que mi casa era más suya que mía.

Cuando el señor salió del su despacho cerrando la puerta tomé asiento frente a papá.

—¿Dónde estuviste anoche? Y no quiero mentiras.

—Con Ho... —cerré los ojos, delatándome cuando me di cuenta que estuve a punto de decirle que estaba con Hope.

—Ciertamente con Hope no pudiste estar, no creo que te reciba después del detalle que le hiciste a su nariz.

—Es para que no sea ordinaria como las demás narices.

—Está vez no quiero que empieces con tus chistecitos, Allissa. Lo repito nuevamente: ¿dónde estabas anoche?

Me quedé mirándolo fijamente sin saber qué decir. No tenía más amigas que Hope, era triste.

—En la habitación de huéspedes, pelee con mamá y no quise estar en mi habitación.

—Lo que dices no tiene sentido, hija —musitó negando con la cabeza —. ¿Dónde estabas?

Inevitable Tentación [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora