Me desperté y fui a tocar a Lauren y descubrí que a mi lado sólo estaba mi estera de hierba vacía. Me desperté de golpe y miré confusa a mí alrededor. Estaba echada desnuda en mi parte de la cabaña... sola: la puerta privada estaba cerrada. Dejé caer la cabeza y las lágrimas me corrieron por la cara.
¿Había sido un sueño? Parecía tan real. Todavía podía oír a Lauren gritando mi nombre, al desplomarse encima de mí tras el orgasmo. Parecía tan real.
—Camila, ¿qué te pasa? ¿Por qué lloras? ¿Te hice daño anoche?
Estaba tan desolada que no había notado que Lauren había abierto la puerta privada.
Miré a los preocupados ojos verdes de mi bella amante cuando se arrodilló a mi lado. Lauren traía una gran bandeja hecha a mano llena de todas las frutas que ofrecía la isla, además de tres tipos diferentes de pescado. Los manjares estaban pulcramente colocados sobre un grueso trozo de corteza que Lauren había limpiado y alisado. En la otra mano llevaba tres de esas grandes flores tropicales de bonitos colores cuyo fragante aroma había sido en parte responsable de que acabáramos en esta isla.
—Yo... yo... —La miré sin saber qué decir. Estaba total, inexcusable y gloriosamente desnuda. Era evidente que se había dado un baño, pues su largo pelo recién lavado relucía suelto hasta su cintura.
—Camila, ¿te he hecho daño? —volvió a preguntar, dejando rápidamente la comida y las flores e inclinándose sobre mí.
Dije que no con la cabeza.
—¿Cómo he llegado aquí? —le pregunté, todavía temerosa.
—Te he traído yo. Todavía llovía cuando me desperté y aunque hacía calor, pensé que estaríamos más cómodas en casa. —Su voz seguía sonando preocupada, así que pensé que le debía una explicación.
—Al despertarme he creído que había sido un sueño —le dije vacilante.
Me sonrió comprensivamente y luego miró mi cuerpo desnudo con timidez y dijo bromeando:
—Al despertarme esta mañana, yo también me he preguntado si parte de esto había sido un sueño, pero luego te he olido en mi cuerpo y he sabido que era real.
Me sonrojé profundamente ante esto y aparté la mirada.
—¿Tienes hambre? —preguntó. Seguía sonriendo con timidez.
—Sí —le contesté, sonriendo levemente a mi vez—. Esto es precioso, Lauren, no tenías por qué hacer todo esto —le dije mientras me incorporaba, perdiendo todo sentido del pudor al tener la comida delante.
Los ojos de Lauren se posaron al instante en mis pechos, carraspeó y dijo:
—Ha sido un placer. —Con tono de aprecio.
—¿Quieres un poco? —le pregunté provocativamente, poniéndole un poco de fruta en los labios.
—Mmm. —Lo aceptó y luego meneó la cabeza—. Pero cómete tú el resto, lo he cogido para ti.
Asentí y devoré contenta la bandeja entera de comida mientras ella miraba y me tomaba el pelo diciendo que esperaba que fuera suficiente. Le dije con altivez que bastaría por ahora. Ella se echó a reír. Mientras reíamos y nos tomábamos el pelo mutuamente, me quedé maravillada por la sonrisa que no paraba de aparecer en la cara de Lauren. Era como si fuera una persona distinta. Había visto algo de esta Lauren en el barco. Era como si esta persona alegre y despreocupada hubiera desaparecido poco a poco cuando naufragamos. Me juré preguntárselo en otro momento. Ahora mismo sólo quería disfrutar de ello mientras pudiera.
Después de meterme el último trozo de fruta en la boca, me eché hacia delante y besé suavemente a Lauren en los labios. Susurré tímidamente:
—Gracias por ser tan encantadora.
Me sonrió y juro que se ruborizó, pero no estoy segura porque tiene la piel ahora algo morena. Agachó la cabeza y sus dedos juguetearon con los trozos sueltos de cordel de mi estera.
—De nada —dijo en voz baja, con una ligera sonrisa todavía en los labios.
Decidí dejar de atormentarla y me levanté para estirarme.
—Me voy a lavar. —Miré a mi amante, que estaba mirando mi cuerpo sin disimulos desde el suelo—. ¿Quieres venir a hacerme compañía?
Asintió y la ayudé a levantarse. Por primera vez no maldije mis cortas piernas cuando tiré de Lauren, ella me dominó con su altura. Me miró acariciándome los lados de los hombros y los brazos musculosos.
—No sabes el tormento que ha llegado a ser tu cuerpo en el último año —susurró, agarrándome la barbilla y levantándomela para besarme.
—Yo podría decir lo mismo de ti, cariño mío. —La miré despacio, pensando que me estaba comportando como una fresca lasciva y encantada por ello—. Yo también he notado tu cuerpo. Creo que vivir aquí ha sido bueno para nosotras.
Asintió y se inclinó para darme otro beso. Pasaron unos minutos hasta que las dos tuvimos que tomar aire.
—Oh, Dios, cariño, tenemos que parar. Necesito darme un baño.
Ella sonrió y me condujo desde nuestra casa hasta la charca. Me metí en el agua fresca y ella se acomodó en una roca para charlar conmigo. Esto era algo que habíamos hecho muchas veces desde que estábamos en la isla. Me di cuenta entonces de que siempre había sido yo la que estaba en esa misma roca esforzándome por no mirar a Lauren mientras se lavaba el cuerpo. Le hablaba de todo lo que se me ocurría y ella siempre me contestaba con el menor número de palabras posible.
—Camz.
Estaba tan enfrascada hablando que casi no la oí.
—¿Sí, Laur? —Me volví en el agua para mirarla y advertí que tenía una expresión muy seria.
—Yo... tenemos que hablar —dijo con seriedad.
Se ha arrepentido, gritó mi cerebro.
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vuelvan a morir! je! Bueno chicas quería decirles que solo falta un capitulo para terminar la historia.... y eso me hace sentir algo triste...pero también me siento feliz de que les haya gustado esta adaptación....al principio comenzó como un proyecto y no tenia la prioridad de tener tantas vistas...pero claro jamas se lo hubiera logrado sin su ayuda...espero volver a leernos pronto después del ultimo capítulo...
see you later...!
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La Isla (CAMREN Adaptación)
FanfictionAntes que nada, quisiera aclarar que la historia no es mía, ya me hubiera gustado tener la creatividad y la forma de escribir de la autora original: Portia D' Ghiglino, por lo tanto solo hago una adaptación Nota: La historia original también tiene...