🐲Cap 32💀

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La promesa

En el desierto de Lostland se encontraba Craniel que acaba de matar a Tristan delante de su propio hijo, Aegan se encontraba en estado de chock, algo se quebró en su mente y su corazón latía cada vez más lento, había acabado de recordar su pasado, la verdadera razón de su pérdida de memoria, pero... No tuvo tiempo de arreglar las cosas con su padre, su mirada se encontraba perdida en un infinito abismo.

—Aegan... —la princesa lo miró, su respiración era agitada, las lágrimas se asomaban por sus ojos mientras alternaba la vista entre el sujeto muerto y el chico—. No puede ser... Es... Mi culpa...

—Ah que pereza... —Craniel volvió a su forma humana mostrando varias quemaduras en su piel rascándose la cabeza—, me hicieron moverme, malditos humanos, yo sólo quería comer un poco.

—Mierda, todos... Fueron aniquilados —la princesa echó un vistazo a su espalda notando que no quedaba nadie, luego miró a Aegan—, y al parecer el no esta listo para continuar, y yo... Sola no podré con el demonio... ¿Qué hago?

—Aun tengo hambre... —el demonio se sobo la panza mientras esta rugía—, supongo que no queda de otra, tendré que seguir matando—, mostró una sonrisa aterradora y comenzó a caminar lentamente hacia la chica dejando ver el aguijón de hueso saliendo de su espalda.

El cual salió disparado en dirección a la princesa, esta rápidamente reaccionó esquivándolo saltando hacia un lado, este se enterró en la arena y continuó viajando por esta saliendo atacando repetidas veces a la chica que corría para esquivarlo, en eso agarró su látigo y lo enrolló para prenderlo en llamas y agitarlo contra el demonio logrando darle un fuerte azote en el cuello, pero este ni de inmutó, lanzó repetidos ataques dañando todo el cuerpo de Craniel, pero seguía sin moverse del lugar, como si no le dolieran.

—Lo noté en su verdadera forma, su cuerpo entero esta echo de huesos, no tiene órganos internos ni nada —dijo esta mientras seguía atacando—, a lo mejor un corazón y un cerebro, pero fuera de eso... No hay punto débil al que apuntar, por eso no esquiva los golpes, es prácticamente inmortal.

Entre ataques el demonio alzó su aguijón y lo bajó con fuerza hacia la chica dándole en el hombro enterrándose y tumbándola contra la arena, esta estaba sangrando mucho mientras sentía su cuerpo pesado y el aguijón se retorcía en su hombro.

—¡Aegan! ¡Por favor levantate! —gritaba la chica mientras miraba al castño que se encontraba de rodillas—. ¡Recuerda lo que tenemos que hacer! ¡Recuerda a Lash y a su hermana! ¡Recuerda a Emily!

Esas palabras fueron como un corrientazo directo al cerebro de Aegan, ya que sus recuerdos estaban volviendo faltaba uno todavía... El que reaccionaba a ese nombre... A Emily...

(...)

Una pequeña niña de unos 5 años estaba sentada en el suelo llorando, sus rodillas y brazos estaban raspados y heridos. De repente llega un pequeño chico al lugar de la misma edad y la observa.

—¿Estas bien? —le pregunta este tendiéndole la mano, esta lo mira y la sujeta firmemente levantándose del suelo—, tranquila, te ayudaré.

—G-gracias —dijo la pequeña moqueando todavía.

—Demonios, no debes dejar que te maltraten tanto, deberías defenderte —le dijo el chico cruzandose de brazos.

—Eran muchos... Y más fuertes que yo... Tata siempre los ahuyenta, pero en este caso no estaba conmigo —dijo limpiándose la cara con su antebrazo.

—Oh ¿Tienes un hermano mayor? Genial, espero conocerlo algún día, a lo mejor seriamos grandes amigos —sonrió el pequeño haciendo que ella también sonriera—. ¿Cómo te llamas?

El Demonio de La Luna RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora