Y de un momento a otro allí estaban, sentados en la sala de la casa de los padres de Edgar, y era bastante extraño, el lugar que siempre se había sentido bastante amplio ahora daba la sensación de estar diminuto.
Noel estaba bastante nervioso, alternaba miradas entre la madre de Edgar, su padre y su hermana, la cual más que nada, parecía bastante divertida por la situación.
La madre de Edgar sonreía y tomaba de vez en cuando una galleta de las que tenía en frente, no paraba de ofrecerle una a Noel cada tanto e insistir que las había hecho ella misma.
El padre de Edgar, por otro lado, estaba serio, pero más que nada parecía bastante confundido, y, salvo la madre nadie decía nada.
Edgar no sabía que decir, o por dónde comenzar, desde que entraron a la casa, parecía que solo iban a pasar de largo e ir al cuarto de Edgar, pero este, les había dicho que quería hablar con ellos, con toda la familia, se reunieron en la sala, y ya habían pasado 20 minutos desde entonces.
- Bueno... entonces... ¿Qué nos vas a decir hermanito? - La hermana de Edgar realmente disfrutaba de la situación de ver a su hermano en aprietos.
- Es que... yo... bueno...
- Hijo... esta bien... sea lo que sea. - El tono de la madre de Edgar era bastante alentador y cálido.
- Sí... bueno... él es Noel... es... es mi... es mi... es mi novio...
El silencio que siguió tras esas palabras se sentía eterno, la familia procesaba cada uno a su manera lo que acababa de decir el hijo mayor.
Tras unos minutos, su hermana habló.
- ¿Y?
- ¿Qué? - Edgar acababa de recuperar el habla.
- Sí, me refiero a, tienes novio, ya no estarás soltero para el resto de tu vida... ¿Qué con eso?
- Bueno... yo...
- Aunque eso sí, Noel...
- ¿Sí?
- No entiendo como aguantas a mi hermano.
Todos se rieron, incluso el padre de Edgar, el ambiente se había aligerado bastante.
- Bueno... no siento que "lo aguante".
- En ese caso salud por ti. - Alzó una copa imaginaria. - Y porque no te aburras de él, porque su cuarto ya me lo estoy imaginando para poner un estudio o un gimnasio.
- ¿Qué insinúas niñita?
Y así comenzó una batalla campal entre los hermanos.
De vez en cuando los padres de Edgar, le preguntaban cosas a Noel, cosas básicas para conocerlo un poco, y para las 8, todos habían tenido una convivencia agradable y despedían a Noel diciéndole que podía volver cuando quisiera.
En un momento de distracción la madre de Edgar se acercó a Noel y le dijo en voz baja.
- Y si quieres esperar a Edgar siempre puedes entrar, no tienes que quedarte allí afuera. - Y le guiñó un ojo.
Noel sonrió y asintió.
Edgar y Noel salieron y el resto de la familia se quedó al interior de la casa.
- Bueno... pase la prueba, ¿Verdad?
- Eso parece.
- Gracias Edgar...
- ¿Por qué?
- Por... todo... hoy fue un lindo día... gracias.
- Gracias a ti... y perdón que tardé tanto en hacer esto.
- No pasa nada, nos vemos mañana.
- Sí...
Noel ya se había dado vuelta e iba a emprender su camino cuando...
- Espera Noel.
Se giro hacia Edgar.
- ¿Sí?
Edgar se acercó de a poco, puso sus manos en los hombros de Noel y se acercó lentamente, luego, le dio un beso, lento, suave y con un mensaje bastante claro para ambos, bajo su beso ambos sonrieron.
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Dame tu mano
Romance- Él.. sobrio. - Él... amoroso. - Él... intrigante. - Él... olía tan bien Dios, por qué tenía que oler tan bien? Y por qué no podía dejar de sonreír?