Aquella tarde, Karen nerviosa por el encuentro con Amèlie, tamborileaba en la mesa mientras pensaba qué nueva historia le contaría Amèlie para sorprenderla y emocionarla. Sin embargo, por mucho que se empleara no podía ni imaginar el verdadero plan de Amèlie. . Una vez se hubo encontrado con su fiel amiga, apenas podía oír bien sus palabras ya que el suave ir y venir de sus aterciopelados labios la hipnotizaban, cuándo quiso darse cuenta y sin siquiera haberlo pensado, sus labios rozaban los de ella y por mucho que ya o hubiera imaginado mil veces, esa sensación, jamás podría ser igualada por nada.
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el mar, un destino y un amor prohibido
Romancedid curiosas amantes que luchan por seguir con su amor adelante