Jungkook nunca se imaginó que al abrir su buzón, encontraría una jodida invitación.
Y es casi sorprendente la forma en que su corazón empezó a latir cuando regresó corriendo hasta su casa, arrojando el montón restante de facturas por pagar sobre la mesa y enfocándose en abrir el puto sobre con detalles dorados que le da esa horrible apariencia de algo ostentoso o fino.
Lo rasgó, lo rompió sin contemplaciones y sacó del interior una hoja de papel grueso que se mantenía doblada por la mitad, con unas letras en la parte frontal anunciando nada más y nada menos que un magnífico evento.
La boca se le secó, sus ojos se cerraron un instante y ahí decidió abrir la inesperada invitación, deslumbrándose con las primeras líneas impresas en una caligrafía bastante linda, que probablemente él no hubiese elegido si estuviera a punto de casarse.
"Nuestra boda"
"Kim Taehyung y Lee Yungseo"
Y sintió náuseas, repentinamente sintió esa necesidad de encerrarse en su baño y vaciar su estómago, sacando todo lo que había comido en el día. La sangre corrió fría por sus venas, el sudor de sus manos las hizo pegajosas y el alma se le fue en un suspiro, al tomar el par de boletos que le anexaron en cortesía.
Pensó que se trataba de una maldita broma de mal gusto, que probablemente había una cámara escondida en su vivienda para grabar su reacción, en verdad quería que se tratara de un experimento social o de un tonto juego del que definitivamente, se negaba a ser parte.
Pero no parecía ser así, porque el resto de las palabras en la hoja formaba una preciosa letanía de versos, confirmando que se llevaría a cabo la unión de dos personas en el registro civil el mes entrante.
Y uno de esos dos individuos, era Taehyung.
Su amigo.
O mejor dicho, su antiguo amigo con derecho.
Jungkook rememoró lo bien que la pasaban en las fiestas de la universidad, yendo y viniendo a las fraternidades, bebiendo hasta que el sol saliera, drogándose con cualquier sustancia nociva y bailando sin una pizca de gracia hasta que sus cuerpos cayeran rendidos de cansancio.
Recordó todas esas noches en que terminaron besándose en el baño y del desastre que siempre dejaban luego de haber follado como dos malditas bestias en algún cuarto vacío, acabándose hasta los preservativos que guardaban como reserva.
Su cabeza dolía, tuvo que frotarse la sien y volver a inhalar, tratando de regular la forma brusca en que ya respiraba.
No le dolía, en lo absoluto, era solo un sentimiento encontrado de... ¿Impotencia?
Sí, quizá era eso, porque no se habían visto en algo de tiempo. La última vez que se encontraron fue en el cumpleaños de Jimin y solo cruzaron un saludo, porque Taehyung estuvo muy ocupado presumiendo a su novio con el grupo de amigos que compartían de la facultad.
La vida era así, un día estabas borracho, follando en el baño de un bar y al otro, te hallabas a semanas de firmar un acta de matrimonio que te sentenciaría de por vida.
En medio de un tren de pensamientos, escuchó el timbre de su casa sonar y rogó, en serio rogó que no se tratara de algún vecino pidiéndole una taza de azúcar o una bolsa de té, porque no estaba de humor para ser el amable chico que todas las mañanas regalaba saludos cordiales.
Avanzó hacia la puerta, giró la perilla y alzó ambas cejas cuando se topó con Yoongi, quien levantó frente a sus narices la misma maldita invitación que él dejó sobre la mesa de su comedor.
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Drink From Me | KookTae
FanfictionTaehyung estaba a punto de casarse y de llevar para siempre, un anillo en el dedo anular. A Jungkook no debería interesarle, de hecho, tendría que estar feliz por el matrimonio de su amigo. Pero no lo estaba. Y la razón era simple: Taehyung le perte...