Celos y una noche de copas

Polvitos

Todos en el hotel estaban muy felices, ya que recientemente se habían unido más pecadores al programa de rehabilitación para la resignación. Todos estaban sumamente felices, en especial cierta rubia que no cabía en ella. Se acordó hacer una pequeña fiesta donde el personal administrativo y demás del hotel asistirían.

Esa noche estaban todos en el bar, era un ambiente muy agradable y realmente relajante. Husk como buen barman se enfocó en la barra y Niffty se encargó de servir la comida y demás.

Charlie y Vaggie estaban charlando animadamente entre ellas, se miraban con anhelo y deseo, algo normal en ellas. Vaggie intentaba hacer alguna caricia sugerente, pero por alguna razón Charlie se distraía, su novia era muy inocente como saber lo que intentaba hacerle. Bebió de su vaso y opto por ir por más a la barra donde Husk le sirvió de nuevo, luego regreso con Charlie, la cual le esperaba paciente en un sillón de dos piezas.

Ángel estaba en la barra con Cherri, ambos bromeaban con su habitual humor negro, cuando de repente miro a la pareja femenina, vio como Vaggie intento acariciar la pierna de la princesa, pero algo llamo la atención de Charlie alejándose o bien no tomándole importancia a la caricia sugerente del demonio polilla. Arqueo una ceja, eso fue muy extraño, sin embargo, esto mismo se repitió. Un poco más alejado en un sillón individual estaba Alastor bebiendo whiskey, este miraba a la pareja detenidamente mientras mantenía esa sonrisa macabra de siempre. Cherri llamó su atención nuevamente y no le tomo más importancia a nada. La noche paso rápidamente y sin darse cuenta ya era muy tarde.

Husk estaba limpiando un tarro de cerveza cuando suspiro por milésima vez, algo que Ángel noto, Cherri tuvo que ir al tocador y la araña aprovecho para preguntarle al cantinero.

-Siempre estás de mal humor, pero esta noche estás más quejoso de lo normal. ¿Qué te pasa?

-Me molesta la actitud de aquel hijo de perra - Señalo a Alastor, el cual seguía muy sonriente viendo a la pareja.

-¿Y qué hace exactamente? - Pregunto el demonio araña.

-... -Husk se acercó al oído Ángel para susurrarle - Ese hijo de perra está enamorado de la princesa, toda la noche estuvo haciendo de todo para que la princesa sea indiferente a los toques sugerentes de la polilla, se muere de celos y ni él sabe por qué está tan molesto, el muy idiota no se percata de ello - Se alejó para seguir lavando los platos.

- ¿Me estás jugando una broma? - Ángel no creía lo que el cantinero decía - Esa cosa ni sentimientos tiene.

-Conozco de muchos años al bastardo - Le miro a los ojos con una sonrisa simplona - Es raro cuando se digna a prestarle atención a algo que no sea el mismo, pero créeme cuando te digo, ese imbécil desea meterse entre las piernas de la princesa y hacerla gritar su nombre.

- ¿Qué la fresita proxeneta no es asexual? - Arqueo nuevamente una ceja.

- ¿De qué hablan? -Cherri volvió del baño.

-Este tipo de aquí dice que el proxeneta está enamorado de la princesita - Le susurro en el odio, ya que conocía el carácter del demonio de la radio.

- ¿Qué? ¿En serio no lo sabías? - Cherri miro a su amigo, incrédula - Cada vez que vengo, el tipo siempre evita que alguien se acerque demasiado, nunca aparta la mirada de ella y evita que este a solas con su pareja, incluso evita que ambas se pelen porque ponen mal a la princesa - Dijo como si nada - Es más que obvio que le gusta y parece que mucho.

-Te lo dije - Dijo el cantinero son simpleza.

Ángel comenzó a ver un poco más a detalle al demonio de la radio, así mismo empezó a recordar y en efecto, él siempre buscaba de alguna forma acaparar su atención, el muy bastardo sabía como esconderlo detrás de la máscara de socio del hotel. Eso le hizo ingeniarse un plan, durante mucho tiempo, incluso antes de que Alastor apareciera, noto como la relación de las dos mujeres realmente no iba tan bien, nunca las juzgo, pero notaba como sus peleas eran recurrentes, muchas veces creyó que Vaggie le alzaría la mano a la princesa, era verdad lo que decía Cherri, desde que Alastor llegó al hotel, estás rara vez habían pelado, al menos en público.