prólogo

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Snape corrió con todo lo que sus largas piernas le dejarán recorrer, tras de él se podían escuchar los maleficios y las amenazas que Sirius y James le gritaban.

A diferencia de otras veces, corrió.

Corrió tan rápido como pudo, escapando de sus abusadores, los pasillos casi desolados eran prueba de que ya deberían de estar en clase, más ambos merodeadores no pensaban dejar escapar al pelinegro.

Los pocos alumnos que aún merodeaban por allí, no hicieron nada por detener a los leones, después de todo estaban siguiendo a una sucia serpiente.

En una de las esquinas sus zapatos resbalaron, arreglándoselas para no caer, lográndolo solo por unos minutos, pues al querer seguir su camino, chocó con un fornido chico, cayendo sobre él.

Jadeo por el dolor de la caída, escuchando también uno por parte del chico con quién choco.

La risa de James y Sirius se hizo notar, alejándose del muchacho y mirando a los dos leones con enojo.

-vaya que nos hiciste correr snivellus -james dijo sonriente con el ceño fruncido.

-Pero no la pagarás, estúpida gallina. -expreso Sirius con un gruñido, apuntando con su varita a severus.

Antes de que alguno de los dos merodeadores pudiera reaccionar, sus baritas volaron de sus manos por un hechizo, volteando a ver con enojo al chico que anteriormente se encontraba aun en el suelo, guardando su varita.

-¿Otra sucia serpiente? -sirius lo miro de arriba a abajo -largo.

-¿Y si no quiero Black? -su voz sonó de forma altanera -siempre atacando en manada y le llaman gallina a él. -señala a severus- Aunque me sorprende hoy no ver a sus otros dos perros, lástima. -suspira -atacando con sus varitas a alguien desprotegido, parecen más un Slytherin que un Gryffindor -sonríe al ver cómo el enojo crecía en ambos leones.

Su paso era lento, pero seguro, lleno de confianza hasta estar frente a ambos leones.

-Aunque me daría vergüenza compartir casa con ustedes, gracias a Merlín que soy de la mejor casa, Slytherin. - sonrió orgulloso, mostrando su blanca y casi perfecta dentadura. - además, ustedes nunca estarán a la altura de un Slytherin.

Snape no supo en qué momento se formó más el desastre, si cuando Black quiso atacar al desconocido buscando sus varitas, que por cierto, ahora que lo observaba mejor lograba reconocerlo como Caradoc Dearborn, o cuando Dearborn golpeó con un fuerte derechazo a black, para luego hacer lo mismo a Potter que no supo como responder por el shock.

Potter se tambaleó, retrocediendo unos cuantos pasos, listo para contratar aún adolorida por el golpe, deteniéndose al oír la voz de uno de los profesores.

-esto no se quedará así -amenazo Sirius, con varitas en mano y jalando a Potter.

-Eso les digo a ustedes -ambos merodeadores lo vieron con duda -espero y no vayan de bocones con su amado director o la próxima no será un suave golpecito.

Con aquello Dearborn volteo sobre sus talones, jalando a Severus para qué se levantará del suelo, pues por el shock no se había movido, antes de que este pudiera decir algo ya estaba siendo arrastrado lejos de allí.

Solo se pudo preguntar una cosa.

¿Qué carajos con este chico?

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Dónde snape solo escapaba de los merodeadores, cuando se chocó con el chico que pondría su vida de cabeza

O

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