¿Acaso se trataba de la mujer más enigmática del mundo? La realidad es que eso jamás los sabré, de lo que sí estoy seguro es de lo que te voy a contar, pues fui testigo de la existencia de aquel leñador que aseguró ver a una fémina cubierta por su capa roja. Él mismo la nombró como La Caperuza roja, aunque muchos decían haberla visto también, y que en realidad era un duendecillo que se cubría con un manto rojo y con magia lograba que los hombres vieran en él a una bella mujer.
Llegué a este pueblo hace un par de años, gracias al reclutamiento que realizó la empresa Conquista con diseño y estiló, especializada en la fabricación de muebles a base de madera, la tala indiscriminada de pinos se convirtió en el principal recurso que generaba un ingreso económico a mi bolsillo aparentemente legal, seguro y confiable.
Cuándo me instalé en la vivienda compartida con el resto de mis compañeros taladores de árboles, lo primero que hice fue organizar mi vida, había salido de la ciudad en busca de olvidar gran parte de mi pasado, después de la separación con Roxana mi exesposa, a causa del vicio que tuve por las rameras y el alcohol, fui destituido del cargo como gerente en mi antiguo trabajo, mi ex jefe se vengó por haberme burlado de él en la fiesta de fin de año frente a la junta directiva y exhibir sus preferencias sexuales; pues el hombre es bisexual.
Después de jugarme la vida de bar en bar ahogándome en el alcohol al darme cuenta de que mi ex jefe se las había ingeniado para que ninguna empresa me contratara a pesar de mis doctorados y especialidades, me fui convirtiendo en una persona inexplicable, sin ninguna referencia confiable, mis amistades me habían negado su ayuda y mi ahora exesposa había llevado la petición de divorcio ante la corte, después del fallo a su favor, me había quedado en la calle y sin ningún centavo.
De manera que termine en trabajos de baja categoría. Estuve como mesero, lavacoches e inclusive trabaje como mozo en un bar, fue en ese lugar donde conocí a Tyler quien me contó de este empleo y me recomendó para ser reclutado y venir al pueblo de Jefri, donde conocí a The Woodsman, el leñador, que vendía madera de forma clandestina.
The Woodsman era un hombre alto, robusto y de abundante cabellera, poseía una gran barba similar a la de los vikingos y siempre cargaba un machete al costado derecho de su pantalón, era tan grande y pesado que se podía ver claramente como el peso le ladeaba el cinturón.
La apariencia del leñador intimidaba por sí sola, el hombre era conocido por su personalidad aparentemente introvertida, aunque esto nunca significó una debilidad para los demás pueblerinos, pues por alguna extraña razón le temían e inclusive le profesaban respeto.
Una tarde permanecí más tiempo del requerido en el bosque, la jornada había llegado a su fin y la gran mayoría de los taladores se habían retirado, decidí quedarme, el silencio apacible que era fácilmente notable entre la naturaleza me reconfortaba de tal manera que parecía complacer mis más grandes deseos, el principal; huir de mis pensamientos los cuales siempre se enfocaron en la pérdida de lo material.
Respire profundo inhalando la mayor cantidad de aire posible, el olor a madera húmeda impregnaba mis pulmones haciendo que sintiera como si la vida misma dependiera del tiempo que pudiera contener aquel aroma dentro de mí. Pero un fuerte sonido quebranto mi concentración haciendo que saliera del trance enfrentándome a lo desconocido.
Ahí estaba algo que nunca antes había visto, una anciana desgarbada con piel de pasa, caminaba entre las hojas secas recogiendo semillas. La mire fijamente y le chiste, al voltear le pregunté si necesitaba ayuda, su aspecto era preocupante, de su rostro surgía una expresión insólita, no reflejaba un sentimiento en específico; sin embargo, me produjo cierto temor y desconfianza ¿Cómo podía un hombre de cuarenta años como yo temer ante una mujer de ochenta? Me pregunté ante aquella mirada ojerosa y profunda, la mujer ignoró mis palabras y siguió avanzando hasta perderse en la oscuridad que comenzaba a gobernar en el paisaje, no espere más y decidí volver al pueblo.
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Relatos del Servidor
FanfictionRetellings de cuentos, fuera de lugar muy al estiló de Villiny Starlyn Starlyn