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La televisión estaba repleta de las imágenes de los criminales del momento, varios reporteros con la misma noticia describiendola a su manera, todos atentos a lo que podría pasar en el caso de los asesinos más famosos  y más relevantes de los últimos diez años en Woodsboro.

Casi todos los elogios iban hacia el tío de Tatum, aquel que nunca dejó de sospechar, pero la verdad es que nunca los hubiesen encontrado si Billy no se hubiese enamorado.

A pesar de que ellos pensaran que el fuerte de ambos era estar enamorados, esto venía siendo su completa debilidad, estar con el amor de su vida le hacía distraerse, ser imprudente, y guiarse plenamente por el amor que sentía.

Billy no veia a Stu como su debilidad para dejar de ser cuidadoso, pero era la verdad, así resultaban ser las cosas.

En cambio Stu siempre estuvo guiandose por el amor que sentía por Billy, siendo imprudente en todos sus crímenes, y salvandose de serlo en otros sólo porque Billy le acompañaba.

Yacían ambos chicos ahora caminando entremedio de los paisajes, bastante cansados pero con el objetivo de ir a la mansión de Stu, que le decían de ese modo por ser una casa bastante grande.

Esa casa cómplice de su primer beso y toques más allá.

Donde empezó toda su historia, hace ya bastantes años, más que sólo aquel beso hace algunos meses.

Para su bendita suerte la casa estaba sin nadie a la vista, según ellos, estaban libres de entrar en ese momento,  ninguna guardia había sido mandada a aquella dirección, al menos no aún, entraron sin decir demasiado al espacio de ambos tirando su bolso por el sofá sin importarle si caía al suelo.

Billy depositó su cuerpo encima del mismo sofá, pensando, analizando, qué seguía ahora.

Stu por su parte miraba al bajo con ojos preocupados.

¿Qué pasaría por su cabeza?, había estado callado todo el camino. Él era impredecible.

Se sabía que Billy era algo cambiante en sus actitudes, podría pensar algo un momento pero al siguiente cambiar de actitud drásticamente.

Pero para la calma de Stu  no era este el caso, aunque él no lo sabía claro.

— Di algo, no me gusta cuando estas tan...así.— confesaba Stu acercándose hacia donde estaba el bajo.

Loomis estirado en el sofá, Stu apoyándose en el respaldo de este inclinandose un poco hacia el rostro de Billy.

El castaño suspiró brevemente antes de alzar la vista hacia él.

— Alguien tiene que pensar cómo salir de esto, Stu, no somos más cazadores, nos tocó ser la presa.— decía Billy con el rostro serio, relamiéndose los labios y guiando una mano para acariciar la mejilla del alto.

Stu negó brevemente.

— No nos van a poder atrapar, somos fuertes juntos.— estaba convencido, no dejaba de mirar a su pareja.

Y lo dicho antes sobre que ninguno se había dado cuenta que eran su debilidad, Billy lo comprendió en el instante en que escuchó esa frase.

— Y también juntos somos débiles.— soltaba el bajo sin mayor suavidad.— Siempre vas a pensar en qué podría pasarme, y yo en qué podría pasarte más que en concretar nuestra salida y finalmente escapar de todo esto.—

Stu en ese instante se alejó.

¿Qué quería decir?, ¿De un momento a otro resultaba que él era la causa de que los hayan descubierto?

— ¿Estas diciendo que es mi culpa? — dijo seriamente el alto con un tono algo altanero.

Billy se levantó del sofá y enseguida quizo acercarse.

BORN TO DIE (billy x stu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora