❝𝐃𝐄𝐀𝐋❞ ⌗ 𝗔𝗻𝗱𝘆 𝗚𝗼𝗹𝗱𝗳𝗮𝗿𝗯...☙

＃𝟬𝟵

「 ✦ 𝗟𝗮𝘆𝗹𝗮'𝘀 𝗽𝗼𝘃 ✦ 」

Hoy es el Mitzvah de Lydia, al llegar junto a mis padres solamente saludé a Stacy, pues también había llegado, después miramos que Andy estaba corriendo mientras empujaba la silla de ruedas de su abuela mientras ambos reían.

— Creí que ya te llevabas mejor con Andy — me dijo mi mamá y yo la mire.

— Yo también lo creí — dije encogiéndome de hombros.

Al entrar, todo era increíble, Lydia son recibió con un abrazo y una sonrisa, todo estaba decorado con tema de CandyLand súper lindo, todas nos comenzamos a tomar fotos y a comer algunos caramelos.

— Hey — escuché la voz de Andy y de mala gana lo mire.

— ¿Qué? — me pregunté.

— Que maleducada...¿Seguirás molesta? — me preguntó y todas nos miraron confundidas así que mejor tome el brazo de él y lo aleje para charlar.

— Claro que seguiré molesta, me besaste, ¿Lo olvidas? — dije en un tono molesto.

— Lo sé, pero no es para tanto — dijo él y yo negué con la cabeza.

— No quería que mi primer beso fuera contigo — dije molesta.

— Pero lo fue — dijo sonriendo y yo rodé los ojos.

— De verdad eres un completo idiota — dije negando con la cabeza.

— Pues tendrás que guardar todo tu coraje, ¿Recuerdas nuestro trato? — dijo él y yo asentí.

— ¿Sabes algo?, el trato se termino, ya conseguí una buena nota y tú todavía conservas tu bicicleta, adiós — dije alejándome de él para ir a sentarme junto a mis amigas.

— ¿Qué paso? — me preguntaron todas.

— Nada, solamente es un estúpido — dije restándole importancia al tema.

— ¡Muy bien!, ¡Levanten las manos como si no les importará nada!, ¡Es oficialmente el Bat mitzvah de Lydia Katz Rodríguez — dijo el DJ Schmuley y todos comenzamos a gritar y aplaudir emocionados.

— No puedes terminar el trato así porque sí — dijo Andy molesto sentándose al lado mío.

— Ya lo hice — dije mirándolo molesta.

— Wow, wow, wow, ¿Qué está pasando? — pregunto Mateo mirando que ambos estábamos molestos.

— Nada — conteste yo.

— Bien, el trato ya terminó, les puedo decir — dijo Andy y yo lo mire.

— No te atrevas — dije preocupada.