Está bien no estar bien (continuación)

CAPÍTULO 3

Una persona del pasado...

El sol de la mañana comenzó a atravesar los árboles. Los pájaros salvajes cantaban desde lejos y el olor del aire fresco fluía en el interior, trayendo una nueva esperanza para comenzar el día.

El aire de la habitación ya no era fresco. La atmósfera sombría había desaparecido.

Moon Young podía sentir que alguien respiraba a su lado. Después de abrir los ojos, vio a Gang Tae acostado sobre su lado izquierdo, apoyado en su codo, observándola de cerca.

Su cabello estaba desordenado, pero su cuerpo parecía relajado. Y aunque él no durmió mucho sus ojos aún se veían hermosos. Ella incluso sintió que sus ojos la desnudaban.

Él había visto todo sobre ella, desde lo mejor a lo peor. Y ella nunca se sintió tan impotente.

Ella seguía mirándolo y él hacía lo mismo también.

"¿No estás cansado?" Moon Young finalmente preguntó.

"¿Qué?" Dijo apáticamente, su expresión no cambió, solo movió sus labios.

"Tu brazo, ¿cuánto tiempo has estado despierto en esa posición?" Hizo una mueca.

"Mm..." Murmuró. "No sé, ¿unas horas? Te encuentro irresistible cuando duermes." Él respondió casualmente y metió su cabello detrás de sus orejas. "¿Cómo te sientes?" Su voz ronca indicaba preocupación.

No estaba segura de cómo responder a la pregunta, se limitó a mirar al techo, tratando de digerir lo que pasó anoche.

"No lo sé." Murmuró. "No me siento bien. Pero de alguna manera verte ahora me hace sentir bien." Ella finalmente levantó la comisura de sus labios.

"Me alegra escuchar eso." Había un tono de alivio en su voz, luego la acercó a sus brazos.

Ella puso sus manos sobre su pecho como respuesta, sintiendo su calor que ahora envolvía su cuerpo.

Se quedaron en esa posición por un tiempo, disfrutando su intimidad como nunca antes.

"¿Quieres desayunar afuera? Todavía no tenemos comida." Gang Tae de repente recordó que llegaron la noche anterior y no tenían ningún tipo de alimento. "Y creo que también necesitas tomar un poco de aire fresco." Añadió mientras acariciaba su espalda.

Ella sonrió. Él siempre lo hacía, la invitaba a salir cada vez que tenía una pesadilla. Desde la primera noche que él se mudó a su casa.

"Suena como una muy buena idea." Ella respondió. "Estoy empezando a sentir hambre ahora que lo dices." Su estómago estaba gruñendo.

"Oh, ¿en serio?"

Él le hizo cosquillas con ambas manos e hizo que no dejaran de reírse en la cama.

Se alegró de que él estuviera allí con ella porque no sabría que hacer sin él, especialmente ahora después de lo que ella escuchó de Sang In anoche.

Después de la visita de Moon Young, Do Hui Jae se negó a hablar con nadie. Ella dijo que solo hablaría si Moon Young venía a verla. Los oficiales no la dejaron hacer lo que quería ya que sabían lo traumático que debía ser para Moon Young. La última vez que se vieron cara a cara, su madre casi asesina a tres personas a la vez.

Los psiquiatras creen que padecía algún tipo de enfermedad mental, pero el diagnóstico nunca pudo ser concluyente. No importa lo que hicieran los médicos, Do Hui Jae no daba ninguna respuesta. Por eso la mantuvieron en un centro de detención especial, un centro psiquiátrico, en lugar de una prisión.

En las últimas semanas, Do Hui Jae comenzó a negarse a comer y beber. Tal comportamiento debilitó lentamente su cuerpo. Fue llevada de urgencia al hospital después de desmayarse en su habitación. Usando el poder notarial de Moon Young, Sang In aprobó todas las acciones médicas recomendadas por el hospital para salvarla.