Los mejores amigos deben estar en las buenas y en las malas, eso pensó JungKook cuando TaeHyung se casó con el "hombre perfecto" para él.
¿Qué sucede cuando no lo es?
¿Qué pasa cuando HaJoon ya no es el hombre perfecto que conoció?
JungKook tendrá...
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—Lo entiendo, pero los colores para mí son importantes. —habló a través de la línea. —No puedo aceptar que cambien mi pedido a última hora.
El proveedor con el que platicaba era demasiado persistente a que el blanco perla con el arena eran lo suficientemente parecidos como para cambiar sus pedidos.
—No, lamento eso, pero mi cliente no aceptará un blanco arena.
El sonido del timbre lo distrajo.
—Un momento. —tapó la bocina de su teléfono.
—Yo voy papi.
TaeHyung sonrió hacia su hijo y asintió.
El tiempo había transcurrido demasiado rápido para su gusto. Su «osito» ahora era un adolescente de quince años. JungKook y él estaban orgullosos del hombre en que se había convertido.
YeonJun era un niño educado, amable y con personalidad extrovertida. Su físico a lo largo de los años fue tomando fuerza y ahora era tan parecido a su padre como este en sus años de escuela.
Cuando vio a su padre luchando contra ese proveedor, decidió que era mejor que él abriera la puerta. Al hacerlo, vio a una señora de edad avanzada observarlo con una extraña sonrisa.
—¿Puedo ayudarla?
La mujer quedó en silencio por varios segundos, simplemente observándolo.
—¿Está tu padre?
—¿Mi papá TaeHyung? —cuestionó. Tal vez era alguna de sus clientas. —¿O mi papá JungKook?
—¿Qué? ¿JungKook?
El adolescente asintió.
—¿Sí? —contestó confundido. —¿A quién busca?
La femenina apretó su gesto, pero antes de que respondiera las manos de su padre tomaron su hombro para alejarlo de la puerta.
—Yo atiendo a la señora, cariño. —le sonrió. —Ve adentro.
—Papá...
—Por favor, Junnie. —pidió. —Obedece.
El castaño asintió y se retiró para volver a su serie en la televisión de la sala de su casa. Seguro su papá JungKook le reclamaría por seguir viéndola sin él, pero no pudo evitarlo.
Por otro lado, TaeHyung cerraba la puerta de su casa para salir y enfrentar a la señora que estaba viéndolo con coraje.
