"Entre Sueños y ¿Realidades?"

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"En la antigua mitología griega, los sueños eran considerados como mensajes enviados por los dioses a los mortales, portadores de advertencias, revelaciones y profecías. Entre los dioses, Hypnos, el dios del sueño, y su hermano gemelo Thanatos, el dios de la muerte, tenían un papel fundamental en el mundo de los sueños y la transición entre la vida y la muerte.

Se decía que Hypnos residía en las oscuras profundidades de la noche, donde tejía sueños con las sombras que danzaban en los rincones más ocultos del mundo. Con su toque suave y silencioso, envolvía a los mortales en un manto de sueños, transportándolos a reinos más allá de la comprensión humana.

Sin embargo, los sueños no siempre eran benevolentes. A menudo, las divinidades utilizaban los sueños como herramientas para comunicar sus deseos y castigos a los mortales. En las epopeyas y tragedias griegas, los sueños jugaban un papel crucial en la trama, revelando destinos trágicos, presagiando guerras y tragedias familiares, o incluso guiando a los héroes en su búsqueda de conocimiento y redención.

Entre los mortales, existían templos dedicados a Hypnos, donde los adoradores buscaban su favor y protección durante el sueño, rezando por visiones claras y tranquilas noches de descanso. Se ofrecían sacrificios en su honor, en la esperanza de asegurar su bendición y evitar sus terrores nocturnos.

Así, en el vasto panteón de la mitología griega, los sueños eran venerados como portales hacia lo divino, reflejando los anhelos, temores y aspiraciones más profundos del alma humana."

Londres.

Años atras, meses antes de la desaparición de Joans.

La brisa fresca de la tarde jugueteaba con los mechones de cabello de Joans mientras caminaba por las adoquinadas calles de Londres, con Jezebel a su lado. El sol comenzaba a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados, creando un escenario pintoresco para su paseo.

Jezebel sonreía, sus ojos brillando con emoción mientras admiraba la arquitectura de la ciudad. Joans la observaba con cariño, sintiendo una oleada de gratitud por tenerla a su lado. Era un momento de paz y felicidad, un respiro en medio de las presiones y responsabilidades de la vida cotidiana.

Al acercarse a la casa de sus padres, Joans tomó la mano de Jezebel con ternura, sintiendo el cálido contacto de sus dedos entrelazados. Jezebel lo miró con curiosidad, una sonrisa juguetona bailando en sus labios.

-¿Qué tienes planeado, Joans? -preguntó ella, con una chispa traviesa en sus ojos.

Joans le devolvió la sonrisa, sintiendo la emoción burbujeando en su pecho. Había preparado una sorpresa especial para Jezebel, una cena íntima con sus padres para celebrar su relación.

-Vas a conocer a mis padres -dijo Joans, su voz llena de emoción-. Quiero que vean lo especial que eres para mí.

Jezebel lo abrazó con fuerza, su corazón lleno de alegría ante la idea de conocer a la familia de Joans. Juntos, continuaron su camino hacia la casa, con la anticipación palpable en el aire.

Al llegar, fueron recibidos con calidez por los padres de Joans, quienes los recibieron con abrazos y sonrisas. La cena transcurrió en medio de risas y conversaciones animadas, con Jezebel cautivando a todos con su encanto y carisma.

Ecos de un Amor PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora