El bosque de los sueños: La historia de Laurita y el bebé dragón.

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En el exuberante bosque de los sueños, un pequeño bebé dragón fue abandonado por su madre, dejándolo vulnerable y solo en un mundo desconocido. Sin embargo, la fortuna sonrió al bebé dragón cuando una pequeña hadita del bosque, con sus alas brillantes y su mirada amorosa, lo encontró entre la maleza. Con ternura y compasión, la hadita tomó al bebé dragón bajo su cuidado y lo llevó a su hogar en el corazón del bosque.

—¿Tú quién eres? —preguntó el bebé Dragón fascinado por el atuendo tan colorido que llevaba puesto.

La hadita, le respondió con voz pacífica:

—Laura, pero mis más grandes amigos me dicen Laurita —dijo, chisporroteaba alegría y luz que por un instante el bebé dragón pareció olvidar el dolor que habitaba cruelmente en su corazoncito—, tú puedes decirme así ¿Y cuál es tú nombre?

El dragón lloriqueo,  Laurita no comprendió porque sus lágrimas de fuego arrasaron sus grandes ojos violetas pero cuando supo que este no poseía un nombre se le apretó el corazón de tristeza.

Laurita sintió tanta compasión por el que decidió hacer lo que ninguna otra hada haría; cuidarlo y protegerlo. Con sus poderes mágicos, creó un precioso nido acogedor para él en lo mas alto de un viejo y sabio roble, donde estaría a salvo de cualquier peligro mientras ella hacia sus deberes como protectora de los sueños. Alimentaba al bebé dragón con la mejor fruta y jugaba con él, enseñándole los secretos más encantadores del universo.

La hadita crío al bebé dragón con amor y dedicación, enseñándole a volar con sus diminutas alas y a controlar sus bolas de fuego y, con el paso del tiempo, el bebé dragón creció fuerte y saludable, gracias al apoyó incondicional de Laurita quién ya comenzaba a envejecer, pese a ello aún conservaba su espíritu aventurero. Juntos exploraban los rincones más asombrosos del bosque, descubriendo nuevas criaturas mágicas y aprendiendo la importancia de crear conexiones puras desde el alma.

—Por eso le dicen bosque de los sueños. —dijo el joven dragón contemplando las estrellas.

—¿Por qué? —preguntó Laurita a su lado.

—Mi sueño era tener una familia, y llegaste tú a ser mí mamá. —respondió.

Esta inesperada unión entre un dragón y una pequeña hadita demostró que la magia y el amor pueden superar cualquier adversidad, y que juntos pueden crear un mundo lleno de fantasía y bondad en el mágico bosque de los sueños.

El bosque de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora