chico malo

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No es muy largo. Ni pongo advertencia, ya me cansé jajsjsjdjd













































La cama cruje con una fuerza descomunal que acompaña el sin fin de ruidos que sale de la boca de un joven postrado en los edredones de una cama de hotel lujoso. La tela suave de un bello color azul de terciopelo, se ensucia con las inmundicias del joven y se humedece a la altura de su rostro con las lágrimas que no han dejado de caer desde el inicio de aquel encuentro. El hombre detrás de él no lo suelta en lo absoluto, mantiene un agarre de hierro alrededor de su cadera y un puño firme sobre su pobre cabello desordenado, lo tiene a su merced, expuesto y tan abierto como se lo puede permitir; le duele el cuerpo, su garganta está desgarrada después de tantas suplicas y su piel está tan llena de hematomas que de solo rozarlos con los dedos duele.

Debería tener la fuerza para detener tal barbaridad. La violencia sobre su cuerpo, el abuso constante, los azotes repentinos, las palabras sucias... Nada de esos actos flagelos son suficientes razones para tenerlo así -piernas separadas y culo en alto-, pero Lando sabe más que nadie que se lo estaba buscando. Había agitado el avispero por diversión y ahora le tocaba recibir su karma.

"¡C-Checo! ¡Mmh! ¡P-Para!" Llora Lando cuando siente el falo entrar con fuerza por su agujero. Siente la humedad entre sus nalgas en el momento que escurre el semen y el lubricante por su agujero abierto. Sergio se hizo cargo de mantenerlo así durante una hora entera, una variedad de juguetes entraron en su interior y lo hicieron llorar y suplicar mientras sus brazos y piernas intentaban deshacerse de las sogas que lo mantenían amarrado a los postes de la cama o una vara que Sergio le gustaba usar para separarle las piernas.

El hombre enojado lo ignoró olímpicamente, siguió penetrando, marcando sus dedos sobre su pobre y sensible piel, jalando su cabello y provocando que lloriqueara con más fuerza de lo debido.

"¿Qué te dije sobre elevar la voz?", la mano en su cintura aterriza con fuerza sobre su pobre nalga, el «plack» hace eco entre todos los ruidos que provenían de la cama "Contesta maldita zorra".

"N-No debo g-gritar".

Sergio jala de su cabello, elevando su rostro algunos centímetros de la cama.
"¿Por qué?".

"P-Por qué no soy b-bueno, y los chicos malos deben cerrar la boca".

"Exacto, Lando."

Lando oculta su rostro al instante que su nalga nuevamente es golpeada por la mano dura de Sergio, cuando su cabello ya no es jalado. Llora ante el placer que le provoca la violencia, el dolor agudo recorre cada vértebra de su columna y llega hasta la punta de su pene asfixiado, se muerde el labio inferior cuando siente que se le escapa un fuerte lloriqueo y su garganta se aprieta cuando lo reprime. Se retuerce bajo la fuerza bruta de Sergio, bajo su dominio cínico que no deja de abusar de su agujero sensible en la busqueda de su propio placer.

Ha conocido a Sergio por un par de años y nunca se imaginó que un hombre que se jactaba de ser tranquilo y de evitar los conflictos dentro de la parrilla y de la farándula, sería todo un cabron dominante que no conocía la piedad aún cuando Lando se lo había suplicado. Era su culpa, él mismo había sacado ese lado oscuro y desconocido del mexicano con sus comentarios idiotas llenos de veneno y burla cínica; cruzó los límites varias veces y ahora estaba recibiendo el castigo por sus ofensas.

chico malo | checo/lando ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora