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Abrió sus ojos con pesadez, observando el espejo que estaba en lugar de techo. Logro ver su propio cuerpo extendido sobre la cama, notando el vacío junto a él, en el lugar donde debería estar Pavel. Su rostro estaba ligeramente hinchado y lograba ver su mejilla rojiza.

Suspiro suavemente, mirando hacia el balcón que daba a las calles de la ciudad. La luz apenas se filtraba por las cortinas medianamente transparentes.

Se regañó a sí mismo al darse cuenta de que no salió de ahí antes de que Pavel lo hiciera. Detestaba encontrarse con sus clientes por la mañana, cuando el ambiente sensual de la noche ya se había convertido en incomodidad pura.

Se levantó de la cama con cuidado, observando el resto de la habitación de hotel. Todo estaba vacío.
Busco con su mirada la ropa sucia, encontrándose con una muda de ropa perfectamente doblada sobre una silla cercana y una carta sobre ella.

[Tu ropa estaba sucia, así que le dije a una señorita de servicio que se la llevara. Si necesitas irte, puedes usar esta. Me encargaré de hacerte llegar la ropa que tenías anoche. Te veías deslumbrante.

Pavel Naret]

Pooh arrugó el papel inmediatamente después de leerlo, no tenía paciencia para esto. Tomo la ropa y se la puso rápidamente sin siquiera pensar en ducharse, no era más que un pantalón sencillo y una sudadera con estrellas.

Caminó hasta la barra de la cocina que estaba cerca y tomó su cartera, la cual había dejado ahí la noche anterior.

Rasco su nuca mientras buscaba el celular con pesar.
Presionó el botón del celular, encendiendo la pantalla y viendo la hora. Justo abajo de una muy tarde 10:23 am se desplegaba un mensaje de su jefe, totalmente molesto por no asistir a su turno en el restaurante.

Maldita sea.

Pooh se maldijo, pero solo se atrevió a enviar un corto «lo siento, estaré ahí pronto». Tomó sus cosas y salió apresurado de aquella habitación.

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Miró con pereza su reloj; eran las 5:40 pm, hora a la que Pooh debería estar en su oficina. Estiró su cuerpo, buscando alejar el sueño que lo poseía.

Definitivamente, P'pon no es una persona paciente.

Pooh entro por la puerta de la oficina mirando seriamente al mayor, tomado asiento en el escritorio frente a él.

—¿Esperaste demasiado, P'? El menor pregunta suavemente, viendo cómo el tierno rostro de Pon se esconde tras el cristal de su vaso lleno de whisky.

Lo suficiente Pooh.

Pon saco una carpeta que tenía en un gabinete y lo puso sobre el escritorio, alentando al menor para abrirla.

Dentro de la carpeta había fotos de un montón de chicos trabajadores de Pon, las cuales parecían todas tomadas en secreto. Pooh logró ver dos suyas, tomadas el día que estuvo con el sargento mayor.

—¿Qué es esto?

Comedia, supongo. Pon Observa como pooh mira todas las fotos cada vez más confundido. —Mi informante me las ha enviado, la policía está metiendo las narices en nuestra mierda. Intente enviar algunas de mis chicas, pero todos se negaron. Al parecer son una nueva brigada que viene de Phuket*, no es tan fácil sobornarlos.

—¿Eso qué significa?pregunta, apretando la punta de su camiseta en la mano.

Encontraré la forma de que dejen de investigar, según topten ellos creen que tú eres mi aliado en esto. Así que tendrás protección por un tiempo. Eres de los más cotizados, no dejaré que te arresten.

Pooh trató de ocultar su preocupación, no era inocente a la situación, así que sabía que esto podría pasar en algún momento.

Hablaré con tu jefe en el puesto de comida, me encargaré de que no diga absolutamente nada si preguntan por ti. Por ahora te enviaré con P'sailub a Chiang Mai*.

¿Qué? No... P'pon no puedo. —pooh se apresuró a decir. —Aún tengo demasiadas deudas que pagar, si me voy pensarán que quiero escapar.

Puedes pagarlas desde allí. Tómalo como un nuevo comienzo.Pon camino hasta estar frente a Pooh y puso su a mano sobre su hombro.

El menor trago en seco, no estaba seguro de querer mudarse y mucho menos si eso significaba confiar ciegamente en lo que Pon le decía. Eran amigos hacía un tiempo, pero sabía que para el mayor todo era trabajo, y pooh no significaba más que un pedazo de carne que podía dar al mejor postor.

No quiero que te pase nada Pupu, por ahora esto es lo mejor. No te preocupes, le diré a P'lub que te permita trabajar en su café y tengo algunos clientes en Chiang mai que de seguro están interesados en ti. Todo estará bien.

Luego de esas palabras completamente vacías para el menor, Pon sonrió y salió de su oficina, dejando a Pooh con un mal sabor en la boca.

El resto de la tarde, Pooh decidió pasarlo en su casa, mirando el techo sin saber qué hacer realmente. Esta era la casa donde había crecido con su madre, no quería desprenderse de eso.

Se levantó de su cama, caminando suavemente hasta el pequeño altar de su madre. La había perdido hacía unos años, cuando tenía 16.

Se vio forzado a mudarse con su padre, un hombre alcohólico que había ayudado a pagar poco a poco todas las deudas que tenía su madre antes de morir. Pooh no estaba contento con la convivencia allí, con 18 años decidió irse de la casa de su padre sin dar alguna explicación, regresando a donde antes vivía con su madre, a sabiendas de que ahora todas las deudas y gastos correrían por su cuenta.

Había conocido a Pon en ese tiempo, cuando el menor aceptó un trabajo como repartidor. Nunca imagino que ese hombre que vivía en un edificio lujoso adularía su joven cuerpo y le ofrecería trabajo de "modelo" y joven de compañía.

Llevaba poco más de tres años trabajando con él, poco a poco acostumbrándose a su ritmo de trabajo. Sabía perfectamente cuando Pon estaba siendo serio en un asunto; sabía que si insistía en que se fuera temporalmente, no era una situación leve. Pon no alejaría su mejor producto solo porque sí.

El resto es historia, pero lo que sí sabía es que solo tenía dos opciones:

Quedarse en su casa y correr el riesgo de ser investigado, arrestado, e incluso matado.

O seguir el plan de Pon de ir a vivir un tiempo con P'sailub.

A pesar de no querer dejar sus cosas estaba claro lo que debía hacer, quisiera o no.

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Phuket*: La Ciudad de Phuket, en la Isla de Phuket, es la capital de la Provincia de Phuket de Tailandia. En la Ciudad Antigua, la calle Thalang Road está bordeada de almacenes coloridos del siglo XIX y edificios si no-portugueses. La mansión Baan Chinpracha, construida en 1903 por un acaudalado mercader de hojalatas, tiene baldosas italianas, ventanas con postigos y muebles antiguos. En una mansión de la década de 1930, se encuentra el Museo Thai Hua, con exhibiciones sobre la cultura y la historia de Phuket.

Chiang mai: Chiang Mai es una ciudad del norte montañoso de Tailandia. Se fundó en 1296 y fue la capital del Reino Independiente de Lanna hasta 1558. El área de la ciudad antigua conserva vestigios de murallas y fosos del período en que fue un centro cultural y religioso. También alberga cientos de elaborados templos budistas, incluido Wat Phra Singh, del siglo XIV, y Wat Chedi Luang, del siglo XV y adornado con serpientes talladas

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