#𝐂𝐀𝐏𝐄𝐑𝐔𝐂𝐈𝐓𝐀 𝐑𝐎𝐉𝐀. ── 𝐷𝑒𝑘𝑢𝑘𝑎𝑡𝑠𝑢

♡𝓔𝓵 𝓜𝓪𝓵𝓿𝓪𝓭𝓸 𝓛𝓸𝓫𝓸 𝓕𝓮𝓻𝓸𝔃♡

┃Capitulo único ┃

Había una vez en un pueblo no muy lejano una pequeña cabaña en la cual vivía una pequeña familia feliz, la cual tenía una pequeña niña de unos diez años de edad, se llamaba Eri, pero todos en el pueblo la llamaban Caperucita, por su particular capa de color rojo que  había Sido obsequiada por su abuelo Aizawa.

La pequeña amaba su gran capa ya que nunca se la quitaba, amaba a su abuelo Aizawa y en cada oportunidad iba a visitarlo ya que sabía que vivía cruzando el bosque. Siempre la pequeña acompañaba a su madre a dejarle algunos bocadillos a su gruñón abuelo quien amaba vivir más en el bosque que en el pequeño pueblo.

Un día su madre le dió una canasta llena de ricos bocadillos  y una botella de vino la cual le gustaba mucho a su abuelo, la pequeña Eri estaba feliz pues sabía que irían a visitar a su abuelo, pero no se espero lo que su madre le diría después.

── Escúchame bien Eri, tengo que comprar un par de cosas en el pueblo, y no creo que pueda acompañarte a visitar a el abuelo Aizawa.── Explico la mujer en un tono cariñoso mientras acariciaba la cabeza de la pequeña niña.── Como ya eres una niña grande y te sabes el camino a casa del abuelo confío en que podras ir sola, ¿Está bien?── Pregunto.

Con una gran sonrisa en sus labios la pequeña Eri asintió con entusiasmo, alegre por la gran misión que le estaba encomendando su madre.

── ¡Si mamá! Me se perfectamente el camino a casa del abuelo así que estoy segura que no me perderé.── Dijo con gran confianza.

La madre de la pequeña sonrió dándole confianza a la niña, pero después recordó algo muy importante que debía decirme a la niña.

── Escúchame bien Eri, por nada del mundo entres al bosque, ya que podrías perderte y no queremos éso ¿Verdad?── Dijo haciendo que la pequeña asintiera escuchando atentamente sus palabras.

── No debo entrar al bosque.── Repito decidida.

Después de que su madre besara su frente la pequeña emprendió camino hacia la casa de su abuelo, sin saber que encontraría un amigo en su camino.

La pequeña caminaba dando pequeños saltos mientras apretaba fuertemente entre sus manos la canasta la cual había Sido dada por su madre, la pequeña caminaba muy tranquilamente sin darse cuenta que era acechada desde las profundidades del bosque, a media que la pequeña avanzaba se podía escuchar el movimiento de los arbustos.

Entre ellos empezaron a resaltar un par de grandes y peludas orejas de color rubio cenizo.

Mientras la pequeña caminaba tranquilamente los arbustos a su alrededor empezaron a moverse capturando su atención haciendo que se detuviera, lentamente miro hacia los arbustos esperando algún movimiento pero nada paso, cuando decidió seguir con su camino encontró una linda flor a mitad de su camino, mientras que más adelante habían más.

Con alegría fue recogiendo cada una de ellas, le habían parecido muy lindas mas para llevarse las a su abuelo Aizawa ya que a pesar de ser una persona muy gruñona apreciaba los regalos que ella le daba, siguió el camino de flores sin darse cuenta que lentamente entraba al bosque y se iba adentrando mas y más.

En el momento en el que se detuvo en la última flor ya tenía un ramo completo en sus manos pero ya no reconocía el lugar en el que estaba en esos momentos, no reconocía nada haciendo que se diera cuenta que se había perdido, miro a su alrededor con pánico esperando a ver algo conocido y nada, no reconoció nada.

Sus ojos se llenaron de lágrimas que amenazaban con derramarse en cualquier momento, pero su pánico aumento al escuchar como los arbustos empezaron a moverse de forma brusca dando aviso de que algo estaba a su alrededor y que no tenia buenas intenciones. Lentamente empezó a retroceder mientras los arbustos se movían está vez pero con más fuerza haciendo que su corazón se oprimiera en pánico.