Disparo al corazón

Capitulo 65

NARRADOR OMNISCIENTE
(Escritora)

Francesca volvió a dormir plácidamente sin la interrumpió de aquellas pesadillas que atormentaban sus sueños cada noche, ella sabía perfectamente que teniendo la presencia de Sofía cerca suyo ella podía dormir tranquila y sin el tormento del pasado.

Los rayos de sol se que se filtraban a través del vidrio de la habitación la oblugaron abrir sus ojos, se removió en su lugar y levantó su rostro para ver la rubia que dormía debajo suyo y se quedó apreciando esa imagen durante un largo tiempo, quería sentir la felicidad que le hubiera causado tenerla completamente, hubiera disfrutado de esa felicidad cualquier día, menos hoy. Aunque quisiera no podía sentir nada, solo rabia por si misma, por su vida y su pasado.

Antes de conocer a Sofía lo único que podía abollar su armadura era el recuerdo, recuerdo que le producía dolor y esa punzada de dolor solo aparecía en dos fechas cada año y hoy era una de ellas, aunque ella no demostrará sus cicatrices al mundo estás sangraban a puertas cerradas donde su único consuelo era nada más y nada menos que aquella botella de whisky que provocaba estragos en su mente y ese habano que intoxicaba cada vez más a sus pulmones.

Cuando Sofía llegó a su vida dando vuelta completamente su mundo, la mafiosa comenzó a demostrar el lado humano que tanto odia ya que para ella el dolor no es más que signo de debilidad y en el mundo en el cual ella se rodea no era nada más y nada menos que un beneficio para sus enemigos los cuales creian que ella no poseía debilidad alguna... Hasta que llegó Sofía y ahora sus enemigos tienen un arma contra ella, un arma letal, conocen su kriptonita por qué ahora Francesca Amatos tiene algo que perder.

Francesca se levantó y fue directo a la ducha, abrió el agua caliente y la dejo caer por todo su cuerpo, no sentía dolor del agua hirviendo, había experimentado torturas mucho más dolorosas que agua hirviendo en su cuerpo, torturas que la habían hecho una mujer resistente, la campeona de mortal ring y la asesina más sádica de las cloacas rusas.

Termino de ducharse, se seco y peino su largo cabello castaño, se vistió con su típico elegante traje negro y bajo hasta la cocina donde se encontró con Anna preparando el desayuno.

-Buen día hija- dice sonriente Anna.

- Buen día- dice sería.

-¿Quieres desayunar?

-Dile a la empleada que me lo lleve al despacho y que luego suba el desayuno para Sofía.- se da la vuelta para irse pero se detiene en la puerta

-¿Sucede algo?- pregunta sería Anna.

-Manda a qué preparen tus cosas y las de Sofía, viajaremos a Rusia.

Francesca se va directamente al despacho dónde la espera Adriano sentado en uno de los sofá con la laptop y con el desayuno a un lado en la mesa, pero su atención se centra en la castaña que se sienta frente a el.

Luego de lo sucedido ayer en la casa de Mary este siente mucha vergüenza, si bien Francesca se había dado cuenta antes de lo que sucedía entre el y la madre de Sofía, aún le avergüenza que lo haya descubierto en una situación comprometedora.

Adriano desde que vio a Mary se quedó embobado con la belleza que poseía la mujer, el había estado con muchas mujeres hermosas más ninguna le era lo suficientemente especial como para robarle el aliento, pero Mary se lo robo al segundo de verla y con el pasar del tiempo Adriano no podía estar lejos de la mujer mayor, era como esa satisfacción que el necesitaba en su vida, la sensación de estabilidad y tranquilidad por qué eso era lo que la rubia le generaba.

A Mary le peso la edad al principio, pero con el pasar del tiempo se dio cuenta que Adriano no era como los demás hombres que ella había conocido, ni siquiera su ex esposo ya que el mafioso era detallista, protector, posesivo, pero sobretodo le importaban mas sus sentimientos que las ambiciones, obligaciones u satisfacciones que el tenia y eso para ella era lo que lo hacia diferente al resto, el sabia respetarla, amarla y valorarla.