Andrea:
En medio del resplandor del sol y la brisa cálida que acariciaba mi piel, me encontraba en Turquía junto a Paola, sumergida en una conversación que parecía llevarnos a través del tiempo y el espacio. Mientras disfrutábamos de esas merecidas vacaciones de verano, las sensaciones del océano y el aire salado avivaban recuerdos y reflexiones sobre nuestras vidas.
No podía evitar sentir una profunda nostalgia por Finn, mi amor perdido.Aunque habían pasado mas de dos años desde que nos separamos, su recuerdo seguía habitando en los rincones más profundos de mi corazón. Por más que intentaba seguir adelante, susurros del pasado seguían resonando en mi mente, recordándome los momentos compartidos y las promesas que una vez hicimos.
Sin embargo, la realidad de mi nueva relación con Marcelo se cernía sobre mí como una sombra oscura. A pesar de mis esfuerzos por encontrar la felicidad en otro lugar, sentía una profunda decepción que se aferraba a mi corazón. Las expectativas no cumplidas y las diferencias irreconciliables pesaban sobre mí, y me preguntaba si alguna vez podría encontrar la verdadera felicidad en el amor.
Mientras conversábamos, Paola y yo reflexionábamos sobre cómo había cambiado todo en los últimos años. La nueva vida de Zoe y Gina, la partida de María, nos dejó un vacío en nuestras vidas que aún no habíamos podido llenar, y la sorprendente noticia del embarazo de Paola nos recordaba lo rápido que avanzaba la vida y cómo nuestras elecciones moldeaban nuestro destino.
Con anhelo y melancolía en mi corazón, me sumergí en esa conversación que trascendía el tiempo y el espacio, buscando respuestas y entendimiento en un mundo que parecía estar en constante cambio. A medida que el sol se ponía en el horizonte, me sentía agradecida por esos momentos de reflexión y camaradería, sabiendo que aunque el camino fuera incierto, siempre tendría a Paola a mi lado para guiarme.
- Aja... ¿Y se supone que Finn está imaginando que sufres? ¿Aquí? ¿En medio de un paraíso turco? - Me preguntó Paola de manera irónica.
Estábamos las dos tomando sol, prácticamente solas en medio de la playa.
- ¡Estoy sufriendo! ¡No seas pendeja! Pero ¿para qué sufrir encerrada en mi habitación, si puedo llorar en medio de una playa paradisíaca? Si voy a llorar, que sea con un buen escenario - Le respondí muy seria, pero ella solo soltó una carcajada.
- Andy, en serio... sé que sufres por él, sé que lo amas, y sé que ese hombre está hasta la médula por ti. Pero ¿no consideraste, por casualidad, que no es que Finn se escondió de ti por mas de un año, sino que te dejó ir porque estás de novio con ese idiota de Marcelo? - Me cuestionó Paola y yo rodé los ojos.
-No, o, si... Tal vez!! Finn es muy firme en sus decisiones, jamás pude hacer como haces con Elio, cuando estábamos juntos, si él decidía algo, por más que me enojara, le negara sexo, me hiciera la dolida o la dulce y cariñosa, ¡jamás cedía! ¡El infeliz tiene una templanza de acero! ¡Odio eso de él! Además, sabes que he intentado dejar a Marcelo tres veces! Solo que siempre pasó algo, y ahora, sería una perra si lo abandonara, justo en este momento... - Protesté dejándome caer sobre la arena con mis ojos cerrados.
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Sencilla dignidad- La liberación de los secretos - Libro II
RomanceEn ocasiones, las ataduras que nos aprisionan nos sumergen en una oscuridad intrincada, donde solo los secretos más profundos de nuestros corazones encuentran refugio. Es entonces cuando el orgullo y la vanidad irrumpen, desatando la destrucción a s...