Jungkook jamás se encasilló como un tipo coqueto.
De hecho, nunca fue de esos que se insinuaban para conseguir que alguien los volteara a ver, era uno de los seres más reservados del planeta y realmente no iba por la vida tentando a la suerte.
No le hacía falta, él sabía que tenía el poder de seducir a cualquiera con un guiño de ojo y supo sacarle ventaja a su particular dote en los días de preparatoria.
Logró que varios cayeran en su juego de cero ataduras, obtuvo lo que quiso cuando lo quiso y aunque le gustaba mucho experimentar, siempre fue muy selectivo a la hora de irse a la cama con alguien.
Tuvo muy pocas parejas sexuales, incluso podía contarlas con los dedos de una sola mano porque él prefería mil veces compartir solamente un par de besos y parar antes de verse involucrado con personas que quizá le complicarían la existencia.
Además, era muy cuidadoso con el tema de su salud.
Por eso mismo, cuando conoció a Taehyung al entrar a la universidad, supo que todos sus problemas con respecto al sexo y a los amigos con beneficios que lo atosigaban, se habían terminado.
Y es que fue algo tan sencillo, que hasta se sorprendió de lo rápido que se dieron las cosas.
Se percató de su existencia gracias a una asignatura que tenían en común, de repente ya estaban intercambiando miradas, luego números y de la nada, el lindo chico de rizos se hallaba tendido sobre la cama, pidiendo por más mientras se lo follaba en las residencias de la facultad.
Honestamente, ambos supieron saciar sus necesidades y el ojiverde estuvo de acuerdo con llevar ese trato por la vía de la confidencialidad, pues ninguno quiso que los empezaran a relacionar como algo más que amigos.
Porque fuera de la lujuria, se convirtieron en el dúo perfecto.
Las clases que tenían juntos eran lo triple de divertidas para todo el salón de clases, las fiestas a las que solían asistir terminaban en descontrol por culpa suya y en la vida cotidiana, la gran mayoría deseaba tenerlos cerca.
Su época universitaria se resumió en tres palabras: risas, amistad y sexo. Así fue por los cinco largos años que duró su carrera de Ingeniería Civil.
Miel sobre hojuelas, hasta que Taehyung decidió que la idea de casarse era buena.
Una mierda.
Para Jungkook, eso era una mierda.
Y podían llamarlo egoísta, pero ciertamente no maquillaría el disgusto que sentía con un falso buen ánimo.
Estaba frustrado y lo hacía notar hasta con la mínima expresión.
-¡Oye, Kook! -Un Jimin sonriente que traía una rebosante copa de champán, se le acercó-. ¡Que felicidad que si vinieras!
Él trató de imitar la mueca ajena de alegría, pero no le salió.
-Aquí me tienes, Park -Alzó su lata de cerveza como si fuese a brindar-. Encantado de ver como uno de nosotros está a punto de cagar su vida.
-Ni me lo recuerdes -Realizó un ademán que mostró desinterés-. Estamos de luto, perderemos a uno de los mejores elementos...
Al mismo tiempo, centraron su atención en Taehyung.
El chico de mata rizada presumía el ostentoso anillo que portaba en el dedo anular y relataba por milésima vez, la historia de como su futuro esposo le pidió matrimonio en uno de los restaurantes más costosos de la ciudad.
Parecía feliz al rememorar en voz alta el acontecimiento, lo platicaba con lujo de detalle y tenía a todos sumergidos en la expectativa. Hasta Yoongi escuchaba la anécdota con la boca abierta.
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Drink From Me | KookTae
FanfictionTaehyung estaba a punto de casarse y de llevar para siempre, un anillo en el dedo anular. A Jungkook no debería interesarle, de hecho, tendría que estar feliz por el matrimonio de su amigo. Pero no lo estaba. Y la razón era simple: Taehyung le perte...