CAPÍTULO 1: Planes de viaje

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Londres, 18 de Octubre de 2009

Frederick Prins y Harrison Par, se encontraban en el Ace Café London a las 17:30 h de la tarde.

Se conocieron en la Universidad. Desde entonces, forjaron sus amistades y cada jueves deciden dejar sus rutinarias vidas para encontrarse, disfrutar de ellos y reírse un poco de la vida y de las suyas en particular, solo que esta vez, quedaron por un objetivo en común: planear una escapada.

Los dos se encontraban sentados en su esquina habitual del café, la muy conocida "esquina londinense del café" o así la bautizaron ellos.

Era un día bastante caluroso. Freddy y Harrison llevaban tiempo planeando vivir unas vacaciones de aventura. Al fin habían acabado la carrera de psicología y podían irse de vacaciones antes de empezar a trabajar de verdad.

Hoy era el día en el que, al fin, decidieron poner en pie sus propuestas. Lo que no sabían es que el destino el cual habían elegido, iba a ser la peor elección de su vida.

Oye Freddy, ¿por qué no me dices ya el destino que has pensado? ¿Mira

que te gusta dejarme con la intriga siempre, aunque considero que alquilar una casita en Irlanda, concretamente en Galway, sería un buen plan no? – dijo Harrison.

...

Harrison Par, tenía el pelo corto y pelirrojo. Sus ojos eran de un verde claro que cambiaba según la estación del año a más claro. Tenía 26 años y siempre se había caracterizado por ser el más positivo y el más aventurero. Consideraba que la vida, debe vivirse según los sueños que te propongas alcanzar, ya que solo tenemos una oportunidad para poder ser felices. Freddy decía que tenía alma de artista, pero Harrison siempre lo negaba.

Eres un exagerado tío.- contestó Frederick- Y bueno, he estado pensando, en cambiar del simple objetivo de siempre, ya sabes, playa o montaña o alquiler de casitas como dices, e irnos a otro sitio mucho más aventurero, como nos gusta a ambos.

Ese destino es Winster, ¿Qué te parece?

...

Frederick Prins, era un chico bastante peculiar. Tenía 27 años y el cabello corto y alborotado oscuro, con los ojos azul claro y unas gafas al estilo de Harry Potter. Se caracterizaba por tener una paciencia de santo (aunque con excepciones) y una fuerza de voluntad de piedra. Sus amigos, siempre le llamaban Freddy (en especial Harrison) y siempre estaba entre libros, pero lo que más le apasionaba era leer listas de la compra, por extraño que parezca.

¿Winster?- contestó sorprendido Harrison.- ¿Y qué hay de especial allí? ¿Sabes que está muy cerca no? Menudo rollo.

¿Y qué importa eso? - dijo Freddy- no es mejor que esté cerca que a millones de kilómetros? Siempre me has dicho que querías hacer un viaje largo de carretera, simplemente por conducir. No está fuera del país ni muy lejos, es un intermedio y económico. Pues ahí lo tienes, mejor imposible - dijo riéndose Freddy.

¿En serio lo has hecho por eso? Eres un buen amigo y muy atento- le dijo Harrison devolviéndole la sonrisa.

Después de charlar durante horas y tomando café, decidieron ese destino, así que empezaron a ponerse manos a la obra para planear el viaje.

La aventura a Winster, desde Londres, iba a ser de unas tres horas aproximadamente. Pasarían por Matlock, Derbyshire y llegarían en ocho kilómetros. Todo estaba ya dispuesto. Tenían todo lo que necesitaban para sobrevivir, por lo menos esos tres días.

Con la maleta a punto, y unas ansias de aventura, se adentraron en carretera hacia Winster.


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