—Jeongguk, ¿podrías llamar a jimin a cenar, por favor? —Jangmi, su esposa y madre de jimin, pidió amablemente mientras terminaba de cocinar la cena, al mismo tiempo que él preparaba la mesa.
—Claro, ahora regreso —Contestó de la misma forma, amable y monótono, subiendo hasta la habitación de su hijastro.
Desde ese sábado en el que le había quitado la virginidad a jimin, no habían podido parar de follar. Lo hacían en cada rincón de la casa cada vez que la madre del rubio no estaba, y ya se había convertido en una rutina. Simplemente amaban el sexo con el otro, eran demasiado compatibles y su química era inegable.
A ambos les gustaba el sexo sucio y duro, lleno de fetiches que poco a poco iban descubierto con el otro. El cambio de jimin desde el primer día que habían tenido sexo a comparación de ahora había sido drástico. Había pasado de ser un chico inocente e inexperto, a aprender en tan solo unos días a hacerle unas mamadas perfectas, tomando su verga no solo en su coño sino que también en su boca, hasta el fondo y sin problemas.
Ahora era mucho más descarado y coqueto, tenía una idea más clara de lo que quería y como lo quería, sin embargo conservaba parte de la inocencia que le daba ese encanto tan sexy y seductor, como una fruta prohibida, tan dulce y pecaminosa. Hace tan solo unas semanas, jamás se hubiese imaginado que ese niño apenado que se había tapado sus lindas partesitas por miedo a no gustarle sería tan descarado y fetichista.
Llegó hasta la puerta del rubio y de inmediato, pudo percibir el sonido de bajos gemiditos más el inconfundible sonido de un vibrador. Había sido un regalo de su parte para cuando tener sexo les fuese imposible, y el rubio estuviese necesitado de más que sus simples y cortos deditos.
Sabiendo entonces que su niño estaba usando el regalo que le había dado, abrió lentamente la puerta, encontrándose con la pecaminosa imagen de su hijastro desnudo cubierto por sus sábanas, con luces tenues de diferentes colores alumbrando el brillo del sudor en su piel. La mano de su pequeño rubio se movía bajo las sábanas una y otra vez, metiendo el juguete vibrador adentro y afuera de su delicioso coñito húmedo, creando un excitante sonido de chapoteo.
—Mira nada más lo que tenemos aquí... —Jeon sonrió lascivo al mismo tiempo que entraba a la habitación, llamando la atención de jimin com cada paso que daba.
—J-jeonggukie, a-ayúdame~ —El rubio rogó al escuchar la voz ronca de su papi, girando su rostro hasta que sos suplicantes ojitos azules hicieron contacto directo con los oscuros del mayor.
—¿Quieres que te ayude amor?, ¿quieres que papi te lleve hasta el final? —Jeon preguntó con la verga dura entre sus pantalones, tan lista y erguida para follar al menor.
Lástima que en ese momento no pudiesen hacer lo que tanto deseaban, pero definitivamente jeon ayudaría a su niño consentido.
Jimin asintió con furor, moviendo el dildo con más ímpetu en su interior, ansioso al ver al mayor acercarse poco a poco a su cama.
Jeon retiró las sábanas del cuerpo del rubio, y de inmediato, sus ojos se dirigieron a la vagina del rubio, tan dilatada y húmeda, recibiendo el gran dildo que vibraba sin parar una y otra vez en su interior. Con delicadeza, reemplazó la manita de jimin que movía el dildo con la suya, más grande y ágil, y comenzó a penetrar el agujero rojizo con precisión y fuerza, frotando el clítoris hinchado con su mano libre.
Jimin chilló excitado al sentir la rapidez con la que el dildo entraba en su coño, como vibraba y le estimulaba su punto g tan bien. Jeon lo veía desde arriba como si quisiese comerlo, y aunque lo deseara con todas sus fuerzas, sabía que en ese momento no era posible.
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not so innocent - kookmin boypussy
Fanfiction(Segunda parte de virgin) * PSEUDO incesto, relación PADRASTRO - HIJASTRO * boypussy, chico con vagina * lenguaje explícito y exagerado (te puede dar cringe) * sexo poco realista * daddy kink * diferencia de edad (jimin 19 y jk 40) * no acepto copia...