Primer Beso

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¿Inquieto? Sí, así se sentía en esos precisos momentos. Estaba de pie, apoyando su espalda en uno de los pilares internos de Aries, mordiéndose débilmente el labio inferior. ¿Ansioso? También, lo comprendía al verse mover su dedo índice, golpeteando incesantemente la taza de té que mantenía entre sus manos. Y como no, si traía en su cabeza una idea que no lo dejaba pensar en paz, incluso ahora, teniendo aquí mismo al caballero de géminis frente a él, platicándole de algo aparentemente importante, no podía siquiera escuchar una palabra, de hecho, no podía ni recordar que era lo que el mayor le había estado conversando minutos atrás. Llevaba unos cuantos minutos allí y no le había puesto ni la más mínima atención por no poder controlar su mente inquieta.

-Partiré dentro de tres días, ¿Crees que puedas tener lista a Géminis? -La pregunta pareció esfumarse en el aire apenas lo dijo, porque a pesar de que tenía la mirada del carnero puesta sobre él de manera casual, había algo que le decía que estaba pensando en algo más y que parecía ser mucho, mucho más importante.

Mu pestañeó suavemente, sin apartar la mirada de Saga. Como si estuviera tan interesado en las palabras del mayor, pero bien sabía que no. Era la idea que tenía en su mente la que todavía le daba vueltas en la cabeza, preguntándose: ¿Qué tan ciertas serían las palabras de Milo?

Sin esperar demasiado, el mayor lo llamó explotando su burbuja mental. Mu dio un ligero respingo en su sitio, apenas imperceptible. Sorprendido por su desconsideración, se enderezó y buscó con la mirada algo que le diera un indicio de lo que Saga le había estado hablando. Encontró a unos centímetros la armadura de géminis reposando a un lado y recordó algo de una misión.

Misión-Saga, Saga-géminis, géminis-armadura. ¡Reparar la armadura! ¿Tiempo?

-¿Te parece bien en dos días? -dice al azar, esperando no haber contestado una estupidez. Vio a Saga aliviado y eso lo tranquilizó. Se reprendió por no estar atento en lo que respecta a su trabajo. Casi cometía una imprudencia por dejarse llevar tan fácilmente.

-Muchas gracias, Mu. Espero no estar interrumpiendo asuntos más importantes... -Mu negó con su cabeza de forma perezosa, mirándolo fijamente una vez más, con una serenidad casi tatuada en su rostro a medida que sentía la voz del tercer guardián alejándose poco a poco hasta que esta desaparecía por completo de su campo auditivo, sin dejar de mover la boca.

Veía sus labios curvarse, expandirse, contraerse, separarse, formando y modulando palabras que él, en su hiperconcentración, no podía escuchar. La textura de la piel le parecía a simple vista suave, los labios de un término medio mostraban de vez en cuando los blancos dientes, para volverlos a ocultar después. Y de nuevo se juntaban y se curvaban otra vez.

"Su boca es tan adictiva, no hay nadie como él" resonaba en su mente.

"Sus labios son suaves y electrizantes" La voz de Milo se escuchaba en su cabeza.

"Se me eriza la piel con solo un beso suyo"

Eran los comentarios de esa mañana, esos que había escuchado sin querer. Y gracias a eso, no podía dejar de pensar si era cierto lo que decía su compañero. ¿Era verdad que podías sentir todo eso con un beso?, ¿O serían solo los besos de Camus los adictivos?, ¿O simplemente Milo tiene algo malo en su cabeza?

Ahora, ya no era solo un dedo quien golpeaba inquieto la taza en sus manos, sino varios de ellos en conjunto. Estaba inquieto, estaba ansioso, tenía curiosidad, tenía a Saga en frente y sobre todo tenía su boca para quitarse su curiosidad ahora mismo.

Solo uno. Pensó.

Caminó dos pasos acortando el espacio, quitó una de sus manos de la taza y la ubicó detrás del cuello de Saga, acercándolo en el momento en que se alzaba en las puntas de sus pies. ¿Por qué tenía que ser tan alto?

Solo uno.

Se acercó hasta el punto de rozar la nariz de él con la suya, hasta sentir la tibia respiración de Saga chocando con su piel.

Solo uno.

Sus labios le tocaron apenas en un roce suave, los presionó un poco después. Eran suaves. Cerró los ojos por instinto. Sintió como el otro abría la boca por más y en respuesta se movió lento, deslizando apenas su lengua por los labios. Sintió un ligero tamborileo en su pecho, extraño, más no incómodo. Se dejó llevar, profundizando el beso. Mordió, jaló, abrió y cerró su boca atrapando el labio inferior, succionando despacio, logrando sacar más de un suspiro de su compañero.

Se separó después de eso, degustándose los labios, volviendo a tomar su distancia tan campante y sereno como siempre, como si nada hubiera pasado. Tomó a Géminis del suelo y se volvió hacia Saga, a quien había dejado con el corazón acelerado, con un montón de sensaciones recorriéndole el cuerpo y muchas preguntas en su cabeza.

-Estará lista para mañana. -dice finalmente Mu, tan formal como siempre, para girarse y desaparecer con su caminar pausado en dirección al taller con la armadura de géminis, su taza de té, el corazón latiendo inquieto y los labios sensibles.

Mu se había ido aliviado, con su curiosidad saciada, con un cosquilleo agradable en el cuerpo y con un calor insistente en sus mejillas, aun así, satisfecho para ser solo un beso que duró unos segundos, pero se quedó pensando en algo. En que los besos de Saga no eran adictivos como dijo Milo. Se detuvo en sus pasos unos segundos con otra interrogante: ¿Sería que necesitaba otro beso para comprobar?





Holaa!

Vengo con ustedes con esta colección de drabbles (capítulos autoconclusivos máx. de 1000 palabras, según el grupo XD), es de evento que propuso un grupo de facebook y el que no había decidido participar hasta ayer XDD

Así que casi todo va ir sobre la marcha, espero cumplirlo, denme ánimos! :D:D

Este primer capítulo es una historia reciclada, ya la había subido como "Fue solo curiosidad", con un ligero cambio, pero gracias a esta historia es que pude tener imaginación para el resto de los capítulos.

Eso deséenme suerte y nos leemos mañana ;D

Saludos :D

El maestro y el aprendizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora