°•.Una Conversación Que Afrontar.•°

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La última semana de clase no hicieron prácticamente nada. Los profesores ya estaban hartos de enseñar y los alumnos de prestar atención a cosas que seguramente no les servirían de nada en su vida.
Lo único que hacian era ver películas, escuchar música, hablar, y hacer actividades como test digitales.
Durante esa última semana nevaba muy a menudo, como si el cielo estuviera anunciando de que las vacaciones de invierno estaban llegando.

El viernes, por fin, los alumnos salían para no volver en casi un mes.
Al ser el último día, no hicieron absolutamente nada. Simplemente les dejaron hacer lo que quisieran, y las dos últimas horas les dejaron salir al patio.
Y tras esas dos horas, por fin se fueron a casa.

Todos se despidieron de sus compañeros sabiendo que a algunos no les verían de nuevo hasta regresar de vacaciones, y algunos se despidieron de los profesores con la mítica broma de "Hasta el año que viene, profe".

Así empezaron las vacaciones.

.

-Bueno Emma. -le dijo Kim mientras estaban comiendo. -He estado pensando en cómo hacer para celebrar la Navidad este año, y había pensado que Nochebuena y el día de Navidad podemos pasarlo aquí tú y yo, y después podemos irnos con el tío Fritz y la tia Janet, que no les vemos desde que nos mudamos, y así celebramos con ellos Nochevieja y Año Nuevo. ¿Quieres?

Emma se quedó mirándole y pensando en ello. Es verdad que hacía mucho que no les veían, y Emma se culpaba a sí misma de ello. Después de todo, se fueron de la ciudad por ella. También echaba de menos a sus primos.

-Vale. Puede estar bien. -dijo Emma.

-Entonces llamo luego a tu tío y se lo comento. Seguro que se emociona de vernos. Y Clay seguro que te ha echado de menos, y Poly estoy convencido que también. Poly ya está empezando secundaria, ha crecido mucho. -le dijo Kim, hablándole de sus primos.

-¿Y Clay? -preguntó Emma. Siempre se había llevado mejor con él.

-Clay está en su segundo año se universidad creo. Me dijo tu tío que está estudiando programación. Y mientras trabaja en una cafetería.

-Hala, ya segundo año de carrera. -se sorprendió Emma. El tiempo volaba.

Kim les llamó y decidieron que el miércoles siguiente, que era el día después de Navidad, Kim y Emma irían a casa de sus tíos a pasar las vacaciones.

Mientras tanto, Emma empezó a disfrutar sus vacaciones.
Volvió a dibujar a diario y aprovecho a aprenderse canciones que Eva le había recomendado. Y en poco tiempo, llegó el Sábado, día en el que quedaría para hablar con Mike sobre lo que sucedió. Y de paso merendar juntos.
Emma estuvo toda la mañana cocinando con ayuda de su padre, e hizo un bizcocho bastante grande de chocolate, para poder comer ella y Mike y que sobrase para Abby y sus padres. Y su parte favorita fue sin duda decorarlo. Hizo nata montada de colores, y cada color tenía un sabor. Rojo a fresa, naranja a naranja, amarillo a limón, verde a menta, azul a vainilla, y morado a caramelo. Y la puso por los bordes del pastel en el orden del arcoiris, y en la parte de arriba haciendo una espiral que se juntaba en el centro, donde puso una montañita rosa de nata que parecia una flor, y puso más nata a los bordes, tanto por arriba como por abajo.
Emma estaba orgullosa de su bizcocho. No solía cocinar mucho, aunque se le daba bastante bien.

Estuvo un rato hablando con Michael por teléfono. Al final quedaron en que ella iría a su casa a las 5.
Y así fue.

A las 5 en punto de la tarde, Emma estaba con el bizcocho envuelto a la puerta de la casa de Mike.
Pensó en llamar a Mike por teléfono y avisarle de que ya estaba allí, pero tenía las manos ocupadas, así que tomó aire y llamó al timbre con el codo.
Poco después, Laura, la madre de Mike, abrió la puerta.

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